Un estudio sobre la salud de los españoles durante la crisis sanitaria del COVID-19, realizado por la Fundación Mapfre con datos recogidos el pasado mes de septiembre, recoge el cambio de hábitos que ha ocasionado la pandemia. El distanciamiento social, las colas y evitar los espacios cerrados y concurridos, así como reducir los viajes en transporte público son medidas adoptadas mayoritariamente, pero también nos hemos volcado en un consumo más responsable y en una vida más saludable en la que se reducen alimentos procesados y se consume más comida casera y vitaminas, a la vez que se incrementa la actividad física. Unas cifras se disparan un 40% si las comparamos con las que había antes de que el COVID llegara a nuestras vidas.
Entre los nuevos hábitos se adoptan medidas de protección, incluida la desinfección del hogar con productos específicos. La gran mayoría, un 70%, limita las salidas fuera de casa a bares y restaurantes, también los viajes largos y se ha pasado al pago con tarjeta o teléfono móvil para no utilizar efectivo.
Las relaciones sociales también se han “reinventado” : más de la mitad de los españoles dicen pasar mucho más tiempo con la familia, se organizan más reuniones “virtuales” e interactivas y si el 32% tiene teletrabajo, el 36% realiza más actividad física. El informe destaca que se recicla más, hay más gente que compra solo lo que necesita y se apuesta por productos de proximidad. Uno de cada cuatro consultados ha eliminado hábitos nocivos y uno de cada cinco se ha iniciado en la meditación y la relajación. Tres de cada diez personas confiesan que hasta que llegó la pandemia “no han sido conscientes de lo importante que es la salud”.
El estudio desvela que los españoles temen más las consecuencias económicas que sanitarias de la crisis. En el caso de los gallegos un 62% afirma que la crisis les ha impactado negativamente a nivel económico, frente a un 56% a nivel nacional.
En el tema sanitario, la salud emocional es la más impactada, especialmente en la franja de edad entre 20 y 35 años. Casi la mitad de los gallegos reconoce que este aspecto de su salud ha empeorado desde que comenzó la pandemia y cuatro de cada diez españoles dicen sentirse peor emocionalmente en estos momentos. En cuanto a salud física los españoles califican su estado con un notable bajo. Los más perjudicados alegan haber ganado peso, tener menor energía y estar más cansados.
La salud emocional se ha visto afectada de forma especial por la pandemia, según los últimos estudios. Los psicólogos comprueban otra vez un incremento de pacientes en las consultas. La psicóloga Pilar Lorenzo expone que igual que pasó con el confinamiento, ahora el cierre perimetral también se nota. “ Cuanto más nos aproximamos a la normalidad, menor demanda de tenemos.
"Hay mucha gente con problemas de ansiedad por distintos motivos, pero se trata de personas que no estaban bien del todo antes de la pandemia y el Covid lo agrava”
– Los estudios revelan que la franja de edad 20 a 35 años es la más afectada en cuanto a salud emocional. ¿Por qué?
– Yo creo que los jóvenes reconocen la importancia de la salud mental y tienen menos inhibiciones, por eso consultan más. En esa franja de edad son más conscientes. Los mayores, salvo excepciones, nunca lo valoraron. Los educaron que si estoy mal, no importa ¡palante! También afecta la situación económica. Las personas mayores, en cierta medida, tienen más estabilidad. Tenían un trabajo y se jubilaban. A día de hoy los trabajos son dos meses, tres meses... Contratos precarios, ERTE y despidos dan más inseguridad y frustración de futuro. Eso es un añadido importante si ya se tienen problemas emocionales.
"Pienso que aquí el machismo influye negativamente para los hombres. No estaba bien pedir ayuda, es como una cosa de débiles..."
– Las estadísticas apuntan que en las consultas también hay más mujeres que hombres. ¿Es más débil emocionalmente la mujer, o bien más vulnerable?
– Creo que influye la educación. De la misma manera que los jóvenes somos más conscientes de la importancia de la salud mental, a las mujeres también se les permitió expresarlo. Pienso que aquí el machismo influye negativamente para los hombres. No estaba bien pedir ayuda, es como una cosa de débiles... La mujer no es más débil emocionalmente, pero no le importa decirlo cuando no está bien. Lo reconoce y pide ayuda con más facilidad cuando lo necesita.
– Y los mayores ¿presentan también ansiedad, pierden agilidad mental con las restricciones?
– No se si es causa o consecuencia. Entiendo que en los casos de mayores que están aislados y solos porque no pueden ver a la familia, puede empeorar su situación física y mental. Obviamente va a influir. En consulta tenemos problemas de ansiedad en personas de todas las edades por diferentes motivos de su vida, pero con una parcela común: el coronavirus. Es algo presente, un factor más de ansiedad por la incertidumbre que crea.
"A veces nos sorprendemos a nosotros mismos del poder de resiliencia que tenemos de adaptarnos de una manera positiva a situaciones adversas"
– ¿Algún consejo?
– Lo que a unos les funciona a otros no. Aunque no es fácil hay que tratar de centrarse en el presente y tratar de ver las cosas en modo de soluciones. Ofuscarnos con el problema y darle vueltas no nos lleva a ningún sitio bueno. A veces nos sorprendemos a nosotros mismos del poder de resiliencia que tenemos de adaptarnos de una manera positiva a situaciones adversas, como la actual.