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La vida social, esencial en la era Covid

La segunda ola de la pandemia arrecia con nuevas restricciones y los expertos aconsejan “rearmarse” con hábitos saludables, pero sobre todo mantener las relaciones sociales

Ciclistas y senderistas en el paseo del río Lagares en Vigo. | // MARTA G. BREA

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La pandemia sigue desbocada: los contagios de Covid-19 se multiplican, la tasa de positividad crece y los ingresos hospitalarios siguen al alza con la consiguiente presión en las UCI. El Gobierno no descarta medidas drásticas, las CCAA amplían restricciones y la Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de fatiga y cansancio en la lucha contra el Covid porque llevamos muchos meses inmersos en una crisis sanitaria que nos ha cambiado la vida y cuyo final aún no tiene fecha. Galicia ha adoptado nuevas medidas restrictivas ¿Podemos prepararnos mentalmente para un invierno que se prevé duro y con nuevas restricciones? Psicólogos consultados por FARO DE VIGO aconsejan “rearmarse” con hábitos saludables, disciplina y rutinas, pero sobre todo “mantener las relaciones sociales” –con las limitaciones sanitarias de cada momento– como algo fundamental para la salud mental y hacer frente a la pandemia.

“Tenemos que cuidar nuestra salud mental además de la física y vivir día a día. Hay que prepararse psicológicamente ante posibles nuevas restricciones: Tener hábitos saludables, rutinas y disciplina, pero sobre todo mantener las relaciones sociales. Con ser cosas tan simples no son tan sencillas de ejercer. En consulta se nota un aumento de sobrecarga de salud mental. Quien tenía depresión o ansiad leve, ahora tras el confinamiento la tiene más fuerte. Hay que tener la mente en el presente para evitar que aflore un futuro incierto. No queda otra y la incertidumbre del futuro es la única certeza”, explica el psicólogo y vocal del Colexio de Psicólogos de Galicia Pedro Santamaría, experto en psicogerontología del hospital Vithas Fátima en Vigo.

Pese a la pandemia y las restricciones, conviene normalizar la vida lo más posible y dedicar tiempo a actividades placenteras y de ocio, según expone el psicólogo Víctor Torrado, vocal del comité de ética asistencial de la EOXI de A Coruña: “Existe una relación directa entre el número y la calidad de actividades gratificantes que realizamos y el estado de ánimo. Así que no podemos aplazar la vida durante la pandemia ni esperar a recuperar la normalidad hasta que pase el virus, sino planificar actividades de trabajo pero también de ocio aunque tengamos que cumplir con las limitaciones sanitarias. Precisamente porque no va a ser cuestión de un mes, ni de dos y ni siquiera sabemos cuándo será”.

Pedro Santamaría, coautor de una guía del Colexio de Psicólogos con consejos y recursos para mayores durante el confinamiento, se muestra especialmente sensibilizado con este sector tan vulnerable: “No podemos desahuciar a los mayores con más aislamiento y soledad. El confinamiento tuvo consecuencias de salud mental y física. Salen menos, no todos tienen a su alcance nuevas tecnologías y de ahí su apatía y mayor aislamiento”. Propone volver el foco de la sociedad hacia ellos y ayudarles a tener más acceso a terapias y tecnologías: “El cierre de los centros de día fue un retroceso enorme, no se deben cerrar sino blindarlos para que puedan seguir disfrutando de atención psicológica y social. Especialmente en el caso de enfermedades degenerativas como Parkinson o Alzhéimer”.

El experto se muestra crítico con la actuación con los mayores durante la primera ola de la pandemia pues “la parte social estuvo mermada y contribuyó a incrementar la apatía y acelerar el deterioro”. En su opinión: “No fuimos capaces de dar respuesta a sus necesidades y son los que menos culpan tienen y los que más merecen que estemos ahí. Ellos no van a botellones… Que mantengan la vida social es importante y contribuye a su seguridad sanitaria”. Anima a los concellos a fomentar el voluntariado para la localización y acompañamiento de mayores solos con la creación de grupos de “boa veciñanza”.

Víctor Torrado apunta que cada uno afrontará la nueva ola de la pandemia en función de cómo superó el confinamiento: “No se si estamos o no preparados, pero creo que en líneas generales la gente es sensata, razonable. Ante cifras crecientes de contagio y posible colapso sanitario, acepta restricciones de la libertad individual en busca del bien común, para mantener a raya el virus. La aceptación de medidas restrictivas mejora si los gobernantes las justifican debidamente, y aquí hay una carencia de cierta coherencia”.

Este especialista advierte de que no puede aplazarse la vida, aún en tiempos de pandemia: “Estamos viendo en las consultas que la gente establece más restricciones de las estrictamente necesarias y salen menos incluso para actividades que no tienen ningún riesgo en espacios abiertos. Esta situación afecta el estado de ánimo y uno de los fenómenos que conlleva es la apatía. No hay que aplazar todos nuestros proyectos ni actividades de ocio gratificantes. Hay que hacer caso de las recomendaciones de las autoridades sanitarias, pero no ir más allá. Hay un grupo de población que las amplía por temor al contagio y limitan innecesariamente su vida. Otro grupo de población, entiendo que minoritario pero muy significativo, hace todo lo contrario. Para éstos solo queda una supervisión estrecha”.

Además de una vida saludable, apunta que el apoyo social tiene un efecto amortiguador del estrés de primer orden: “En la medida en que las circunstancias nos lo permitan debemos mantener relaciones sociales por videoconferencia, teléfono... tiene efecto amortiguador del estrés. Enlaza con las actividades gratificantes. Debemos llevar una vida lo más relajada posible, trabajar, divertirnos... Lo que nos permitan las circunstancias con las limitaciones que ya tenemos y con las que pueden venir, caso del toque de queda. Para la inmensa mayoría de la población son medidas más tolerables que el confinamiento, sin duda”.

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