Noviembre negro en Galicia, y esta vez no porque sus costas se llenasen de fuel. La pandemia de coronavirus golpea con fuerza de nuevo en la comunidad, tal y como se refleja en los datos diarios de fallecidos, hospitalizaciones y contagios --estos últimos empezaron a caer hace unos días, después de que se tomasen duras reestricciones para frenar la expansión del patógeno--. Pero también se puede comprobar ya en estadísticas más elaboradas, como la del exceso de mortalidad que realiza el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Por primera vez desde el principio de la primavera, cuando el Covid-19 entró desbocado, el organismo dependiente del Ministerio de Sanidad ha detectado que se producen en la comunidad más muertes de las esperadas.

El ISCIII hace una estimación de los óbitos que se esperan en un determinado periodo, luego lo coteja con los decesos que efectivamente se registraron y de ahí salen lo que denominan como "periodos de exceso de mortalidad". Desde que comenzó la pandemia en Galicia solo se había observado hasta ahora uno de estos lapsos, entre el 24 de marzo y el 21 de abril. En esos casi 30 días perdieron la vida 524 personas más de las estimadas, un exceso del 20,5%. En esas mismas fechas la Xunta comunicó 470 fallecidos diagnosticados con Covid-19. Los datos del organismo no especifican las causas de los óbitos, pero es probable que la pandemia esté detrás de buena parte del exceso, si no de todo. Y aún habría 54 fallecimientos de desfase.

En su último informe, el instituto ha detectado un nuevo periodo de exceso de mortalidad, entre el 2 y el 15 de noviembre. En estos días expiraron 210 personas más de las esperadas, un 18% más. Durante esos días la Xunta comunicó la muerte por coronavirus de 136 pacientes, con lo que quedarían otros 74 decesos para completar todo el exceso. En esos días, de hecho, se han anotado cifras que no se recordaban desde principios de abril.

A falta de ver si este periodo de exceso de mortalidad se prolonga --los informes son semanales y este llega hasta el domingo--, se pueden hacer algunas comparaciones llamativas entre las dos franjas temporales. En abril el exceso afectó más a los hombres (un 22,5% más de fallecidos que los esperados) que a las mujeres (+20,8%), mientras que ahora la tendencia se invierte: perecieron un 23% más de mujeres, por un +14,6% de varones.

También en las franjas de edad se dan diferencias. En los dos periodos el exceso de mortalidad se concentra en los mayores de 74 años, aunque en abril recae en esa franja un peso mayor, con un 24,3% de fallecidos de más frente al 20,4% de ahora. En cambio, parece que la segunda ola del virus se está cebando más con gente de menor edad: entre los menores de 65 años el exceso sube un 8,8%, mientras que en la primavera el incremento solo fue del 1,9%.