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Galicia estrecha el control a los visones

Estos animales pueden contraer el coronavirus y, según un estudio holandés, transmitirlo a los humanos | La comunidad concentra el 84 por ciento de las granjas en España

Granja de visones

Los visones pueden contraer el coronavirus, y se baraja que, además, sean capaces de transmitirlo a los humanos. Dinamarca, país líder mundial en la producción de piel de visón, tuvo que exterminar un millón de estos animales a principios de este mes tras detectarse el SARS-CoV-2 en 41 de sus granjas. Además, miles de estos mustélidos han sido sacrificados o murieron por el virus en Países Bajos y Utah (Estados Unidos) por el mismo motivo. También ha ocurrido en España: el 16 de julio Sanidad ordenó exterminar una granja de 92.700 visones invadida por el Covid-19 en Teruel. Galicia concentra 31 de las 37 explotaciones de visones (casi el 84%) en España, donde se crían, en total, alrededor de 750.000 ejemplares. Aunque la transmisión del virus a humanos (zoonosis) no está suficientemente documentada, algunas organizaciones conservacionistas han pedido la erradicación de estas granjas, y tanto la Xunta de Galicia como el Ministerio de Agricultura han adoptado medidas preventivas.

Un estudio de científicos neerlandeses, que investigaron las infecciones por SARS-CoV-2 en 16 granjas de visones en los Países Bajos, mostró que el virus probablemente saltó entre las personas y los visones y viceversa. La investigación, hecha pública el mes pasado, aportó pruebas de que es posible la transmisión zoonótica de animal a humano.

La ONG conservacionista Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) pidió recientemente a Galicia el cierre de sus granjas de visón americano por el riesgo que entrañan para la salud humana por la Covid-19. En los últimos 40 años, más del 70% de las enfermedades humanas son zoonosis, destaca esta organización.

Especie exótica invasora

Según WWF, en el mundo ha habido 133 granjas de visones americanos afectadas por el nuevo coronavirus, 64 de ellas en Países Bajos y 58 en Dinamarca. Las explotaciones gallegas pueden llegar a albergar cerca de medio millón de visones americanos, según advierte esta organización ecologista, que ya antes de la pandemia del Covid-19 era favorable a la erradicación de la ganadería del visón por tratarse de una especie exótica invasora.

Presencia de visón europeo y americano en España WWF/MINISTERIO DE AGRICULTURA

En Galicia se han realizado campañas de control para su erradicación en el medio natural, como la iniciada en 2009 por el Parque Nacional Illas Atlánticas, que logró disminuir la presencia de este animal en los archipiélagos de Cíes y Sálvora. Estos esquivos carnívoros, de entre 30 y 45 centímetros de longitud, pululan también en la península de Monterreal, que alberga el parador de turismo de Baiona. Su presencia constituye algo más que una curiosidad, ya que se les considera responsables de la drástica disminución de otras especies, como el visón europeo, en peligro de extinción, y del que solo queda medio millar de ejemplares en España.

Un visón americano capturado en la isla de Sálvora en 2015 FDV

Su presencia en el medio natural se debe a fugas accidentales o a las sueltas perpetradas por grupos animalistas radicales. “Es una especie exótica invasora que escapa de las granjas de cría y además es muy susceptible de contraer el coronavirus cuando vive en este tipo de granjas con los ejemplares tan juntos, poniendo en riesgo la biodiversidad y la salud humana”, señala Gemma Rodríguez, responsable del programa de especies de WWF España. “Esperamos que Gobierno y comunidades autónomas estén a la altura de la crisis que vivimos y actúen con responsabilidad cerrando las granjas de visones americanos, siguiendo el ejemplo de cada vez más países europeos que ya han puesto fin para siempre a esta peligrosa actividad”, concluye Rodríguez. La activista califica de “bomba sanitaria y biológica” la actividad de las granjas de visones, aunque advierte que “estamos a tiempo de desactivarla”.

En respuesta a una carta de WWF en este sentido, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, apuntó el 31 de julio que en el ministerio son “conscientes del riesgo que suponen estos núcleos zoológicos como posibles focos de transmisión de la enfermedad”, y prometió “una estrategia” similar a la de los países de nuestro entorno, planteando como una de las opciones “facilitar la reconversión de la mayor parte de estas granjas a otro tipo de actividad que comporte menos riesgos para la biodiversidad” que la explotación de lo que el Gobierno reconoce como “especie exótica invasora”.

No solo las ONG han mostrado su preocupación por este asunto. Hace meses un destacado investigador gallego, experto en virus, remitió una carta al entonces conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuiña, en la que reclamaba un mayor control sobre las granjas de visones.

A preguntas de FARO, fuentes de la Consellería de Medio Rural, competente en este asunto, señalaron que desde la primera información recibida de los Países Bajos en relación con las granjas de visones infectadas con el SARS-CoV-2, la Dirección Xeral de Gandaría, Agricultura e Industrias Agroalimentarias ha mantenido un “contacto permanente” con el sector peletero gallego. En sus comunicaciones ha insistido en “el aumento de las medidas de bioseguridad en las explotaciones, principalmente en relación con la prevención de la transmisión del virus a través de personas infectadas”.

La Xunta no tiene constancia de casos ni de liberaciones en los últimos 20 años

Además, Medio Rural aplica el “Programa de prevención, vigilancia y control” implantado por el Ministerio de Agricultura, aprobado por el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), dirigido por Fernando Simón, y con el que colaboró la comunidad gallega. Este plan contempla diversas medidas preventivas, relativas al personal, manipulación e instalaciones y acceso de personas y vehículos al exterior; acciones de vigilancia, tanto en el personal encargado del mantenimiento y cuidado de las granjas, como en los animales; y acciones de control, en caso de sospecha o confirmación de la enfermedad en los animales.

Como parte de este programa, los servicios veterinarios de la Consellería del Medio Rural realizan visitas a todas las granjas de visones de Galicia para comprobar las condiciones de bioseguridad de las instalaciones.

Este programa contempla también un aumento de la vigilancia pasiva en las explotaciones, de modo que los ganaderos y su personal veterinario controlen en profundidad a sus animales para comunicar de inmediato a las autoridades competentes cualquier sospecha de infección en los visones.

"Los animales son testados en caso de detección de síntomas o por la existencia de personas en contacto"

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Según la consellería, el propio sector realizó controles preventivos a los trabajadores agrícolas después de regresar de sus vacaciones de verano. Los animales, por el contrario, “son testados en caso de detección de síntomas o por la existencia de personas en contacto con los animales (trabajadores de la granja) diagnosticados positivamente de SARS-CoV-2 en contacto con los animales”.

Hasta el momento, y siempre según la Consellería de Medio Rural, los controles realizados en Galicia, tanto previos a la entrada en vigor del protocolo como a partir de este, han tenido resultados negativos, por lo que la incidencia del SARS-CoV-2 en las granjas de visones de Galicia ha sido, hasta ahora, nula.

Este dato tranquilizador de Galicia contrasta con el ofrecido el pasado mes de agosto por el Gobierno, que en una respuesta escrita a una pregunta parlamentaria de Juan Antonio López de Uralde, diputado de Unidas Podemos y exdirector de Greenpeace España, señalaba que “se ha detectado un elevado porcentaje de muestras que han resultado positivas por RT-PCR”, sin facilitar más datos concretos.

Menor densidad

Medio Rural, por su parte, precisa que “la estructura del sector de la explotación de visones en Galicia nada tiene que ver con la densidad de explotaciones y animales en países como Dinamarca u Holanda, con un censo de explotaciones y animales infinitamente superior al de nuestra comunidad, y muy concentrado en algunos casos en áreas territoriales muy específicas”.

En cuanto a las liberaciones intencionadas por parte de animalistas u otras personas, la Consellería de Medio Rural señala que no tiene constancia de este tipo de acciones en los últimos 15 o 20 años en Galicia. “Se nos dice que el propio sector ha tomado medidas estructurales para prevenir fugas intencionadas, mejorando las condiciones de seguridad agrícola”, asegura.

En cualquier caso, habrá que extremar la vigilancia sobre un sector que se juega algo más que la piel.

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