El impacto del SARS-CoV-2 en la población de edad elevada y la aparición de casos en residencias de mayores y centros de discapacidad ha forzado a la Xunta a intervenir y poner en marcha dos instalaciones "integradas" -con mayores servicios sanitarios- que acogerán a los usuarios de esos servicios que se hayan contagiado. Una ha sido habilitada en el concello ourensano de Baños de Molgas y la otra, en Santiago de Compostela. A la primera irán destinados pacientes de las provincias de Pontevedra y Ourense, como los infectados en los centros DomusVi de Vigo y San Carlos de Celanova -a los que ha trasladado cinco después del brote-, y al segundo, los de A Coruña y Lugo. Si las necesidades aumentan, la Xunta no descarta abrir nuevos centros "integrados".

El Gobierno central derivó a las comunidades la tutela de las residencias de mayores privadas para frenar la pandemia del coronavirus. Acogen a los ciudadanos más sensibles al COVID-19 y con tasas de mortalidad más altas. En Galicia, las autoridades han registrado 57 positivos (casi medio centenar en los dos centros citados) de un colectivo de 22.400 usuarios. De 291 instalaciones (223 residencias de mayores y 68 de personas con discapacidad), se han detectado positivos en ocho.

Las cifras, sin embargo, aumentarán. Así lo anunció el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tras reunirse con los responsables de las consellerías de Sanidade y Política Social y abordar un plan para esos centros. Destaca la habilitación de las dos citadas instalaciones de Baños de Molgas y Santiago. En el primer caso, se trata del Centro Nuevo de la Fundación de San Rosendo, con 93 plazas; en el segundo, de la residencia pública Porta do Camiño (84 plazas), que se desalojará y desinfectará para acoger enfermos. Sus usuarios serán trasladados al hotel Congreso, situado en Teo, a las afueras de Santiago.

Sin embargo, esas dos instalaciones no acogerán necesariamente a todos los enfermos registrados en las residencias de mayores. "Si hay un caso puntual en alguna que está bien aislado y tratado y no se requiere el traslado, no será derivado", matizan fuentes de la administración.

De momento, "todas las residencias privadas pasarán a ser a partir de hoy [por ayer] residencias tuteladas", anunció Feijóo. Ello significa que deberán reportar a la Xunta dos veces al día su situación respecto al coronavirus, sobre el que deberán aplicar los protocolos de aislamiento, prevención y control. Pese a ello, los gestores de esos negocios seguirán siendo "responsables del mantenimiento" y de "conseguir por todos los medios y el personal que necesiten" en todo momento.

La Xunta no tiene constancia de que familiares de usuarios de centros privados hayan retirado a sus parientes. De haberlos, Feijóo aseguró que "son bien pocos".

También reveló que esperan la llegada de los primeros lotes de material encargado el fin de semana y elevó la previsión de ocho millones de mascarillas y 134 respiradores. Las "tensiones" de material son "permanentes" y ayer se centraban en los tests para detectar los contagios. Las pruebas son claves para adaptarse a la dimensión real de la pandemia, que en la actualidad afecta a 1.521 personas en Galicia -125 son sanitarios-, de los que 68 están ingresadas en unidades de cuidados intensivos y 393 en planta hospitalaria, mientras 1.060 son tratados a domicilio. Las cifras aumentarán, advirtió Feijóo. Los muertos ascienden a 27.

El titular de la Xunta cifró en "alrededor" de 4.000 las camas hospitalarias del sistema público que pueden destinarse en total a pacientes del COVID-19 de las 6.200 de la comunidad. Según el Catálogo Nacional de Hospitales, el Sergas cuenta con 7.534 camas hospitalarias y los centros privados con 1.850.