Este 2019 que ahora termina será el año de Greta Thunberg, la activista sueca con síndrome de Asperger que con solo 16 años ha conseguido que uno de los focos de la actualidad se ponga sobre el peligro del calentamiento global. La revista "Time" acaba de elegirla "Persona del año" con un titular en portada que resume el valor de su figura pública: "El poder de la juventud".

"Time" subraya la enorme influencia de esta joven que se ha codeado con jefes de Estado y logró que el pasado 20 de septiembre más de 4 millones de personas se unieran a la huelga global por el clima. La "Persona del año", que durante estos días participa en la Cumbre del Clima en Madrid (COP25), tomó ayer la palabra ante el plenario del encuentro mundial en la capital de España. Fue una intervención mucho menos emocional que las anteriores, cuando se convirtió en la candente imagen del descontento y el enfado que las nuevas generaciones albergan contra sus adultos, especialmente contra la clase dirigente, a la que acusa de ceguera e inacción ante la emergencia climática.

Precisamente, en este sentido se manifestó ayer Greta Thunberg, que afirmó que en la lucha contra el calentamiento "hay esperanza, pero no viene de los gobiernos, ni de las empresas", sino de la sociedad y las personas, que "son las que comienzan a despertar" y a liderar la lucha contra esta emergencia.

En el plenario de la COP25, la joven sueca estuvo acompañada por cientos de jóvenes activistas que aplaudieron con emoción los mensajes que Greta lanzó. "No hay un sentimiento de emergencia entre nuestros líderes, porque si lo hubiera tendrían un cambio en su conducta", aseguró Thunberg antes de preguntarse: "¿Cómo podemos hacer para presionar, especialmente a los líderes?". Greta Thunberg indicó también que "en tan solo tres semanas comienza una nueva década que definirá nuestro futuro" y subrayó que se necesitan soluciones holísticas que impliquen a todos los actores del cambio climático para afrontar este problema. Los países ricos son "los primeros" que tienen que hacer "su parte" en la lucha contra la emergencia climática y "llegar los primeros a las emisiones cero", defendió.

Para la joven ambientalista es ineludible que los países ricos asuman esa responsabilidad para que, posteriormente, puedan hacerlo los pobres, ya que en la cuestión del cambio climático "no existe una equidad" entre todas las naciones. "No se trata solo de reducir las emisiones de gases contaminantes, algo importante; el mayor peligro viene de la inacción de los políticos y de los directivos que pretenden actuar y no hacen nada", insistió.

En otro momento de su intervención, recordó que hay que "hacerle caso a la ciencia". Para ella, "es importante no superar en 1,5 grados el aumento global de la temperatura del planeta, porque eso desestabiliza el clima; mi mensaje -ha añadió Greta- es cómo reaccionar a estas urgencias sin sentir pánico y ser alarmistas".

La jornada de ayer de la cumbre contó, por segunda vez, con la presencia de la Reina Letizia. Asistió como oyente a una mesa redonda sobre el consumo responsable y la incidencia del cambio climático en la alimentación, en especial, de los países más afectados por esta amenaza. El pasado día 3, la Reina ya estuvo presente en la segunda jornada de la Cumbre. Asistió a un panel sobre la necesidad de luchar contra el calentamiento del planeta para salvar vidas, organizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y allí se encontró con otra asturiana, la langreana María Neira, directora de Salud Pública de la organización sanitaria de Naciones Unidas.