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El móvil de Diana Quer, con 123 mensajes en 10 minutos, desmonta al Chicle

Abuín se negó a acercarse al pozo: "Tengo grabada la cara de la niña", le dijo al capitán de la UCO tras reconocer que había vuelto

Intersección de las tres telefonías donde se abordó a la joven. // X.A.

Ni abordó y estranguló a Diana Quer en la calle Venecia de A Pobra, ni la fondeó en el pozo de Asados la misma noche que la mató, sino que volvió días después para lastrar el cuerpo. La versión de José Enrique Abuín Gey, acusado del secuestro, violación y asesinato de Diana Quer en la madrugada del 22 de agosto de 2016, sigue desmoronándose. El Chicle, tras ser detenido, llevó a la Guardia Civil al pozo de la nave de Asados donde había ocultado el cuerpo durante casi 500 días y, al bajar al sótano con el capitán de la UCO, se negó a acercarse a la arqueta. "No quiero ir, tengo grabada la cara de la niña", le dijo, a la vez que le indicó que había vuelto al pozo después de matarla para fondearla, según el testimonio que prestó ayer el responsable de la investigación.

Diana dejó, además, 123 wasaps en diez minutos a modo de miguitas de pan para que los expertos pudieran seguir su rastro hasta el punto donde el Chicle la abordó al final del paseo del Areal de A Pobra, como sostienen las acusaciones, y no en la paralela y peor iluminada calle Venecia como dice Abuín, tal como demostraron ayer los especialistas de la Guardia Civil. "Es del todo inviable. Esa calle carece de cobertura", concluyeron. Y es que el móvil de Diana "mantuvo cobertura" con una "celda" determinada de una antena que "unívocamente posiciona al terminal" en el Areal.

Una vez que una empresa alemana desbloqueó el teléfono de la joven madrileña, tras ser recuperado en la ría de Arousa bajo el puente de Taragoña, se tuvo acceso a los contenidos de redes sociales, wasap y geolocalización. También resultó de gran ayuda, según los cuatro integrantes del equipo de ingeniería informática GATO de la Guardia Civil, la búsqueda de wifis que realizó la joven mientras mantenía una doble conversación mediante mensajes con dos jóvenes amigos suyos. El rastro seguido incluye también los cambios de antena, y los GSM .

Tecnología, ciencia e investigación se aliaron en busca del autor de la desaparición de la joven de 18 años, Diana Quer, primero sin mucha suerte pues había errores de hasta 14 minutos en las cámaras que contabilizan los coches en la AG-20, lo que impedía que el teléfono de Diana coincidiera con la hora en la que pasó el coche de Abuín por el puente de Taragoña, donde el móvil de la joven "murió", según explicó el capitán de la UCO. Unos 78 minutos después, fue expulsado de la red.

A las 2.24.45 Diana envía su último texto explicando que tiene miedo por el grito de "Morena, ven aquí". Su terminal, de repente se vuelve errático, momento en el que se cree que es asaltada. Después, la velocidad de movimiento se incrementa al ir en coche. Las interacciones con las antenas sitúan el teléfono del Chicle en el mismo coche con ella y sin "sin ningún género de dudas" a las 3.09 de aquella madrugada estaba en Asados. Una señal automática volvió a situar al acusado en la zona de la nave "como mínimo" una hora y veintiún minutos después. Tardó 25 minutos en llevarla del Areal a la nave. Se cree que después apagó o desconectó el teléfono, pues hasta que recibe una llamad a las 10.21 horas de la mañana del día 22 permanece inactivo. Los expertos sostienen que no se trasladó a Padrón, al menos con el móvil, para tirar la ropa de Diana.

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