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El Chicle volvió al pozo para hundir el cuerpo de Diana porque flotaba

Abuín "no muestra arrepentimiento ni padece sufrimiento emocional", según los forenses del Imelga

El Chicle escucha las preguntas de su abogada (primera izq.) a los peritos. // Xoán Álvarez

Con gran asombro, José Enrique Abuín seguía ayer la explicación científica con que la entomóloga forense, Concepción Magaña, desmontó su versión de que mató a Diana Quer y la tiró al pozo de la nave de Asados la misma madrugada, sin volver unos veinte días después para lastrar el cuerpo con dos bloques de 18.4 kilos de peso para que no flotara, como sostienen las acusaciones.

Por primera vez desde que comenzó el juicio, el Chicle parecía sorprendido y seguía con atención el informe de las pruebas científicas que, a través del estudio de unas larvas de mosca común halladas en el pelo de su víctima y al que llegaron cuando ya estaba muerta, le acercan más a la prisión permanente revisable acusado de la detención ilegal, agresión sexual y asesinato de Diana Quer en 2016.

La entomóloga reveló que a través de las "pupas" de mosca se ha comprobado que el cuerpo de Diana salió al aire y flotó en el agua del pozo de Asados unos veinte días hasta que finalmente fue hundido, un tiempo en que culminaron su ciclo vital, puesto que no son animales acuáticos y necesitan oxígeno para desarrollarse. Otra posibilidad, añadió, es que el cadáver estuviese sumergido una semana y emergiera, lo que ocasionó una "diapausa" o aletargamiento de las larvas hasta que se dieron las condiciones climáticas que permiten su desarrollo, antes de volver a sumergirse. E cuerpo de Diana apareció desnudo, en posición invertida, con la cabeza a unos 50 centímetros del fondo del pozo y fuertemente lastrado por la cintura.

Tampoco ayudó al acusado el informe de imputabilidad realizado por dos médicas y dos psicólogas forenses del Instituto de Medicina Legal de Galicia, Imelga. "No muestra arrepentimiento ni padece sufrimiento emocional alguno por su crimen", coincidieron. Las cuatro expertas descartan cualquier tipo de alteración psiquiátrica en el Chicle, si bien lo consideran una persona resentida y rencorosa. También lo tildan de "obsesivo compulsivo" con una buena capacidad de control de sus impulsos y de su ira. "Es capaz de diferir la respuesta y de no actuar impulsivamente" , indicaron. De hecho él les contó que esperó un año para romper los dedos a un hombre que se metió con su pareja.

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