"Es difícil premiar al mejor en algo, y que sea una elección prácticamente incuestionable. Había candidaturas de muchas disciplinas, pero quizás el que con más claridad era, de forma neta, el mejor en su disciplina era Peter Brook". Con estas palabras explicaba José María Cano, miembro del jurado del Premio Princesa de Asturias de las Artes, la concesión del galardón de este año al veterano director de teatro Peter Brook, considerado uno de los grandes renovadores de las artes escénicas durante el último siglo. Brook, de 94 años, recibió la noticia en Suiza, donde está preparando su nuevo proyecto teatral, "Why". "Estoy profundamente emocionado por recibir el Premio Princesa de Asturias", declaró el director británico, en una declaración remitida a la Fundación. "Es un gran honor haber sido galardonado con este prestigioso premio. Estoy profundamente agradecido", añade.

Según precisa el jurado, Brook está considerado "el mejor director teatral del siglo XX" además de "uno de los grandes renovadores de las artes escénicas" que "abrió nuevos horizontes a la dramaturgia contemporánea, al contribuir de manera decisiva al intercambio de conocimientos entre culturas tan distintas como las de Europa, África y Asia". Su candidatura, presentada por Antonio Lucas (miembro del jurado de las Letras), se impuso por mayoría tras un intenso debate. El director teatral ha confirmado a la agencia Efe su presencia en la ceremonia de entrega de los premios, el próximo mes de octubre en Oviedo. Será su retorno al Campoamor casi tres décadas después de haber dirigido en el teatro ovetense, en marzo de 1990, dos representaciones de la obra "Woza Albert!" ("¡Levántate, Albert!"), en el marco del primer Festival Internacional de Teatro de Asturias.

Para entonces, Brook, que había realizado sus primeros montajes con apenas veinte años, era ya una leyenda de los escenarios. Nombrado director de The Royal Opera House con apenas 22 años, en las décadas de 1950 y 1960 impulsó algunos de los montajes más innovadores de la época, como un mítico "Marat/Sade" de 1964, que el propio Brook adaptaría al cine en 1967. Al año siguiente, el británico publicó su fundamental ensayo "El espacio vacío".

Durante esos años, Brook formaba parte de la dirección de la Royal Shakespeare Company. Pero en 1970 abandonó la compañía ante las trabas que le ponían para trabajar con actores internacionales. Algo que ha sido una constante en su trayectoria. "Trabaja siempre con actores europeos, asiáticos y africanos, mezclándolos en un mismo reparto, en un mismo montaje, y eligiendo textos que puedan servir para las tres culturas. Es uno de los grandes renovadores y agitadores de la cultura del siglo XX", explica el actor y director teatral José María Pou, miembro del jurado.

Tras su salida de la Royal Shakespeare Company, Brook se instaló en París y fundó el Centro Internacional de Investigación Teatral (hoy Centro Internacional de Creaciones Teatrales), cuya dirección mantiene en la actualidad, con un vigor que desdice su avanzada edad. Peter Brook dirigió en Oviedo, en 1990, dos representaciones de la obra "Woza Albert!".