El amor es una emoción primaria que abarca desde el cariño que se siente por un ser cercano hasta el deseo sexual, pero que también se aprende. Esta es una de las premisas de las que parten Mercedes Oliveira, Chis, catedrática de Filosofía y uno de los mayores referentes nacionales en el ámbito de la educación sexual con perspectiva de género, y Amada Traba, socióloga de la Universidad de Vigo, en su ensayo "Ám@me. Pensar o amor no século XXI". Este nuevo título de la colección "Feminismos" de la editorial Galaxia se presentará mañana (20.00 horas) en la librería Librouro de Vigo.
En este ensayo, estructurado en diez capítulos a lo largo de 350 páginas, sus autoras revisan los falsos mitos de "la sexualidad y las sexualidades", analizan los papeles de ambos sexos en las relaciones de pareja y dan algunas claves reflexivas desde la perspectiva feminista sobre la forma en la que amamos para aprender a bien amar, algo que pasa primero por querernos a nosotros mismos, según la especialista.
"El amor se aprende", asevera la catedrática de Filosofía. Pero, ¿quién o quiénes enseñan a amar? "Toda la tribu, a través del modelo amoroso que se transmite -sostiene la filósofa-. El amor está en la cultura en la que vivimos y que hace que la vivamos con sufrimiento en vez de que sea algo con lo que podamos crecer y enriquecernos".
Uno de los mitos que analizan las autoras de "Ám@me" es el de la media naranja. "Esa idea de que necesitamos a otra persona nos condiciona, especialmente a las mujeres. Hay frases como 'está solita', y 'se quedó para vestir santos' que reflejan la idea de sin pareja no están realizadas como personas", explica. Y al igual que el modelo amoroso impone sus ideas a las mujeres, hace lo propio con los varones, según Oliveira.
"Otro mito es la idea del hombre como proveedor de los recursos, de protector, a cambio del amor de ella, una idea que sagas como 'Crepúsculo' y '50 sombras de Grey' continúan fomentando", explica.
Otro mito sobre el papel del hombre en la relación amorosa es el don Juan. "Esto crea en muchos hombres una constante insatisfacción y una necesidad de ligar compulsivamente y a veces de una forma obsesiva", explica.
El libro hace hincapié en las nuevas reglas del juego que han puesto sobre el tablero las nuevas tecnologías, que perpetúan ideas como que controlar es sinónimo de amor, ahora poniendo el foco en la actividad de las redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea de la pareja, un control que ejercen, mayoritariamente los chicos, según distintos estudios, y que las chicas suelen considerar positivo. En este sentido, recuerda la importancia de respetar el espacio propio del otro.
Otro aspecto que aborda "Ám@me" es el acceso a la pornografía de los adolescentes como primer acercamiento a la sexualidad. "Nos parece muy preocupante que chicos de 11 años entren en páginas de pornografía y curioseen porque la pornografía cosifica los cuerpos y trata a la mujer como un objeto de consumo al servicio de la voluntad masculina en el peor de los sentidos. Los educa para mal amar y no aporta bienestar. Cuando aprendemos a relacionarnos a través de la pornografía tendremos problemas en las relaciones reales porque nos supondrá una contradicción porque la otra persona también tiene sentimientos, algo que no tiene en cuenta la pornografía", sostiene Oliveira.
Según Oliveira, la sociedad actual está "hipersexualizada". "Se ha avanzado en el campo de la sexualidad porque hoy hablamos de ella, pero también se ha frivolizado. Nos obsesiona seducir a través de las redes sociales, el vivir para fuera, tanto que no nos deja ser nosotros mismos", advierte.
