"A mi madre le encantaba ir en taxi al centro de Madrid. Vivíamos en las afueras y nuestra economía no daba para tanto pero ella debía ahorrar para hacerlo. Recuerdo los viajes felices por ir como ricos, pero por otro lado angustiados porque el taxímetro subía cada seis segundos. Era un placer muy contradictorio y muy pecaminoso porque nada más subir al taxi me decía 'no le digas nada a papá", recordó Millás.

De aquí viene que la protagonista de su última novela, "Que nadie duerma", de un giro a su vida comprándose una licencia de taxista y se dedique a dar vueltas por Madrid.

Es "aventura clandestina" llevó al escritor a coger muchos taxis por la capital tras el fallecimiento de su madre. "Lo hacía por ella, yo prefiero el metro", dijo. "Así que sin darme cuenta me he estado documentando para esta novela que no sabía que iba a escribir", añadió.

Lucía, la protagonista de la novela de Millás, es "una especie de Don Quijote femenino" en palabras de Estro Montaña, encargado de dialogar con el escritor madrileño y que llamó la atención sobre el título de la misma. "Que nadie duerma" es la traducción del "Nessun dorma", un aria del acto final de la ópera "Turandot", de Giacomo Puccini, que es la banda sonora que tiene de fondo insistentemente la protagonista en su taxi.

Millás confesó que el detalle de que a Lucía no le gustase la ópera hasta que la escucha a través de un tabique es una pincelada autobiográfica que él incluye en la novela. "Yo tengo un vecino que pone ópera en su casa y me encanta escucharla, en cambio, si la pongo yo me pone nervioso. Me pasa con la música en general, que me tiene que coger a traición; por ejemplo, si yo entro en la cocina y pongo la radio y esta cantando Serrat me muero", afirmó.