Leopoldo Abadía nació en 1933 pero se maneja habitualmente con un iPad y cuenta con un blog que suma cinco millones de visitas y perfiles en Twitter, Facebook o Instagram con miles de seguidores. "Netflix me gusta mucho", confiesa, especialmente las series "Sucesor designado" o "Scorpion", y dice que sus bienes más preciados son dos fotos en las que sale con "Raphael, el cantante, rodeado por los Mojinos Escozíos, y otra en la que salgo con Mario Vaquerizo y Belén Esteban".

Además, bromea citando a sus "referentes", Julio Iglesias y Ramoncín. "Cuando le preguntaron a Julio Iglesias qué le gustaría para sus hijos, dijo que querría que supiesen distinguir entre lo que está bien y lo que está mal y Ramoncín dijo ante 200 chavales que todo el mundo tiene su verdad subjetiva pero que hay una verdad objetiva que todo el mundo tiene que conocer. Esas cosas las entiendo y las comparto", dijo poniéndose serio.

Pese a sus "nuevas amistades" forjadas tras su tardía fama, el autor de "Yo de mayor quiero ser joven" o "Cómo hacerse mayor sin hacerse un gruñón", no renuncia a su edad. "Mis hijos funcionan bien, creo que mis nietos también y tengo trabajo, aunque por otra parte lo lógico es que no lo tuviese con 84 años, tengo salud pero una salud de 84 años", admite.

"El ser viejo no puede convertirte en un diagnóstico andante, si te preguntan qué tal estás lo lógico es que te duela algo, claro, pero lo que hay que decir es 'preocupantemente bien'. Se te olvidan las cosas, claro, pero peor es intentar recordarlas. Tengo limitaciones como todos a los 84 años", subrayó, para acto seguido recordar que la esperanza de vida en España está en los 82 años. "Yo no estoy ni en la prórroga, ya estoy en los penaltis", bromeó. "Lo normal es vivir y lo normal es morirse", manifestó.