Y es que, aunque los modelos de familia no han dejado de cambiar con el paso del tiempo, los abuelos continúan jugando un papel fundamental en la sociedad actual. Sin embargo, los nuevos ritmos y hábitos no siempre les permiten ocupar el lugar que se merecen.

Sustento económico y conciliación familiar

Desde que la crisis económica comenzase a azotar los hogares españoles -una frase que se lleva repitiendo ya casi una década- las pensiones de los mayores de 65 se convirtieron en flotadores que han permitido mitigar sensiblemente las situaciones de muchas familias.

En consecuencia, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), casi el 60% de los pensionistas mayores de 65 años tiene dificultades para llegar a fin de mes. Los abuelos dedican una media de 290 euros al mes para ayudar a hijos y nietos. Además, un informe de la oenegé Educo.org apunta que el 50% reconoce tener que dar de comer a sus hijos o nietos todos los días.

Pero los abuelos no solo suponen un soporte económico, sino que se convierten en esos héroes silenciosos que sustentan en buena medida la conciliación familiar. Diferentes encuestas apuntan a que casi la mitad de los abuelos ayudan a sus hijos en el cuidado de los nietos para que puedan continuar con sus trabajos.

Esta atención que los abuelos prestan a los nietos va más allá de los prototipos existentes décadas atrás. No solo se encargan de velar por su bienestar durante el tiempo que pasan juntos, sino que se convierte en agente activo de la educación de sus nietos.

Abuelos educadores

Los abuelos son unos cómplices inigualables, sin embargo, la mayoría huye de la imagen de ´consentidores´. Sin perder de vista la diferencia entre el papel de los padres y los abuelos -excepto en los casos en los que estos último deben asumir el rol de los progenitores por circunstancias concretas- los abuelos sí que participan de manera activa en la educación de pequeños y jóvenes.

Con todo, la diferencia generacional, entre otras cuestiones, puede complicar esta tarea. Por eso surgen programas como el de Abuelos y Abuelas Educadores de Cruz Roja, unas escuelas en las que compartir experiencias y aprender a lidiar con diferentes circunstancias y situaciones.

Desde que esta iniciativa arrancase en 2016 con la financiación de la Xunta de Galicia, 340 personas han participado de ella en siete ciudades gallegas, una treintena en Ourense. Allí, Jamaica Beneitez, responsable del programa en la ciudad, explica cómo tratan temas que van "desde hábitos saludables, estrategias de comunicación, resolución de conflictos, redes sociales, bulling?" Se convierten en sesiones participativas en las que "ofrecemos una pequeña explicación teórica pero luego cada usuario pone en común sus experiencias y dudas".

Una de las participantes, Encarni Vega, tiene 60 años, todavía está en activo laboralmente, pero también aporta su grano de arena en la educación de sus tres nietos y en la conciliación de su hija y su yerno. "Esta actividad me ha ayudado a comprender mejor sus comportamientos y a reaccionar ante rabietas, por ejemplo, sin gritarles". Además, siente que la prepara para enfrentarse en el futuro a posibles problemáticas como el ciberacoso.

Además, Abuelos y Abuelas Educadores permite estrechar aún más los lazos entre ambas partes. No solo los nietos aprenden de los abuelos, sino que el enriquecimiento también se produce a la inversa. Las actividades intergeneracionales o simplemente compartir cómo cada uno ve la vida desde su edad ayuda a ampliar sus particulares percepciones del mundo.

Con todo "los abuelos deben seguir pensando en sí mismos y no desatender su propia vida" incide Beneitez.

La soledad

Si el papel de los abuelos es tan importante a tantos niveles, ¿por qué parece que la gente mayor queda en un segundo plano?

En Galicia, 122.000 personas mayores de 65 años viven solas -82.000 mujeres frente a los 40.000 hombres-. Detrás de todos estos casos no siempre se encuentran familias que deciden olvidarse de sus abuelos, sino circunstancias o decisiones personales. Sin embargo, eso no evita que en la mayoría de los casos, la soledad se instale.

Cruz Roja también atiende estos aspectos con programas como el de teleasistencia, que actúa ante emergencias, pero también realiza una función de acompañamiento.

Pero no se trata solo de adoptar una actitud ´paternalista´ ante los mayores, sino cuidar que mantengan un envejecimiento activo y una vida social activa. Natividad Álvarez, referente del Programa de Maiores de Cruz Roja Ourense, explica la importancia de tejer relaciones sociales con personas de su misma edad a través de actividades lúdicas, como gimnasia, paseos saludables o rutas culturales. No es de extrañar que estas sean precisamente algunas de las propuestas con más éxito del programa para mayores que gestiona.

Los abuelos deberían ser eternos, y de una u otra manera lo son. Abraza. Sonríe. Escucha. Acompaña. Consuela. Y si no puedes hacerlo con los tuyos, recuérdalos, cada día. Y es que, se llamen Luisa, Lola, Pepe..., "nadie puede hacer por los niños lo que hacen los abuelos: salpican una especie de polvo de estrellas sobre sus vidas" (Alex Haley).