Cerca del 40% de la población española sufre obesidad. Las tasas más altas se encuentran en Asturias, Galicia y Andalucía, o al menos estos son los datos que revelan los últimos Estudios Nutricionales de la Población Española. Nadie duda que la actividad física, junto a una alimentación equilibrada, es fundamental para revertir esta tendencia. Sin embargo, el deporte también puede ser un pilar clave para superar diferentes trastornos alimenticios como la anorexia. Eso sí, el deporte bien entendido, no extenuantes y obsesivas sesiones de cardio para quemar las escasísimas calorías que se ingieren al día.

En 2012 Raquel Carballal Rodríguez, una joven de 22 años natural de Ribadavia, comenzó con su problema de alimentación. Con su 1´70 metros de estatura llegó a pesar tan solo 44 kilos, lo que supone un índice de masa corporal de 15 ´2, considerado como delgadez severa. Hoy, cinco años después, no solo ha controlado su relación con la comida y recuperado un peso considerado como saludable, sino que comparte su experiencia con sus más de 30.000 seguidores en Instagram. Y el fitness ha sido un importante soporte para lograrlo.

"Cuando comienzas a perder peso sientes que por fin estás haciendo todo lo que el mundo considera correcto", explica. La sensación de "poder" se apodera de las personas que sufren anorexia. "Los estudios o las relaciones sociales no dependen solamente de ti, pero pasas a controlar tu peso, a adelgazar a costa de no comer" y a encajar en los cánones de belleza. "Socialmente adelgazar es bueno y engordar es malo".

Sin embargo, las consecuencias no se hacen esperar, "el pelo comienza a caer, los dientes se mueven, sufres estreñimiento crónico..." además de otras muchas consecuencias para la salud a nivel físico y mental. Raquel recurrió a psicólogos y psiquiatras sin demasiado éxito, "incluso un psiquiatra me dijo que no tenía ningún problema, que tan solo quería llamar la atención".

Raquel Carballal tras un entrenamiento. // raquel.fitlife

Fue el miedo por su propia vida lo que hizo que comenzase a reaccionar. "Tenía miedo a morir, cuando te dicen que si tienes una simple gastroenteritis terminarás en el hospital pasas miedo". Con todo reconoce que esto no fue suficiente. "Te dices que vas a empezar a introducir cambios pero no terminan de llegar". Fue aquí cuando entró un factor determinante, el deporte con sentido común.

Aunque reconoce que comenzó con el ejercicio como un camino para ganar peso "sin verte gorda", consiguió comprender a través de los valores del deporte que los kilos o las tallas son solo números, que lo que cuenta es la salud.

Más de 30.000 seguidores en Instagram

Y esta filosofía es la que transmite a través de su cuenta de Instagram raquel.fitlife en la que tiene ya más de 30.000 seguidores y que la convierten en una influencer en esto del healthy lifestyle.

"Comencé con las redes sociales como una manera de motivarme y de recoger mi progreso, nunca pensé que tendría tantos seguidores", explica. Pero esta exposición hace que se enfrente a una pregunta que muchos pueden estar pensando también en este momento: ¿esto del deporte no se ha convertido también en una obsesión? "Se trata de un estilo de vida", puntualiza. Además, la gran diferencias es que "dejas de sentirte culpable con lo que haces, si quiero comerme una hamburguesa o una tarta lo hago; si unos días no voy a entrenar por los estudios o cualquier otra cuestión no me castigo, no renuncio a nada por esto". Y es que el deporte no es la única pasión de Raquel. A sus 22 años le quedan cuatro asignaturas para terminar la carrera de Arquitectura, todo un ejemplo de mens sana in corpore sano. Porque, como ella misma subraya, el deporte "te enseña a ser constante, a valorarte y proporciona un gran bienestar", algo que también ha aprendido a aplicar en las demás facetas de su vida.

Competición

Raquel considera que trastornos alimenticios como la anorexia no llegan a "superarse" sino que se controlan. Ahora, se siente lo suficientemente estable como para probar suerte en la competición. El próximo 30 de abril participará en la categoría Bikini Fitness Junior del XXXII Campeonato Gallego de Culturismo en Valga. Lo afronta como una nueva experiencia, aunque esto de competir no es nuevo para ella ya que también es cinturón negro de kárate. No se plantea cuál será el resultado, ni sabe si repetirá en este tipo de certámenes, pero tampoco importa, porque en el fondo, Raquel, y con ella otros muchos, ya ha ganado.