Greg Miller asegura no cansarse nunca de interpretar a su mayor ídolo, Elvis Presley. Tanto es así que incluso entre pregunta y pregunta entona algunos temas como ejemplo. El músico californiano lo hace con tal pasión y cariño, unidos a su magnífica presencia y cuidada voz, que ha logrado convertirse en uno de los imitadores del Rey del rock más aclamados mundialmente. Miller llega a Galicia para presentar su nuevo espectáculo, "Elvis vive", en el que ofrece un concierto siguiendo las mismas pautas que tenía el popular cantante, que nunca pudo salir de gira. "Elvis vive" estará este viernes en la Sala Capitol de Santiago; el sábado en el Auditorio Mar de Vigo (20.30 horas) y la semana que viene continuará el viernes 27 en el Auditorio Afundación de Pontevedra y el 28 en el Teatro Colón de A Coruña.
-Habla muy bien castellano, ¿por qué?
-En una de mis giras hace cinco años conocí en Madrid a la que hoy es mi mujer y ahora vivimos entre Las Vegas y Madrid, así que he aprendido bastante el idioma.
-Vino a Galicia con su anterior espectáculo, "The King Story", ¿en qué se diferencia del que trae ahora, "Elvis Vive"?
-El anterior estaba concebido más como un musical de Broadway en el que iba relatando la vida de Elvis con imágenes suyas, de sus conciertos... intercaladas con su música. En esta ocasión lo que ofrecemos es un concierto, sin producción ni bailarines, tal y como lo hacía el propio Elvis, pero con una banda formidable que está formada por los mejores músicos de mis anteriores espectáculos. Hemos hecho una selección de canciones de forma cronológica pero cuidando mezclar temas más movidos con otros más tranquilos.
-Una ocasión ideal para todos los que no pudieron ver nunca a Elvis en directo.
-Exactamente. Yo sí que lo hice y era genial, pero fui un afortunado porque Elvis no iba nunca de gira ya que su manager, Colonel Tom Parker, era de Holanda y entró de forma ilegal a Estados Unidos, por eso no podía acompañar a Elvis si actuaba fuera de Estados Unidos y trató siempre de que no lo hiciera. De este modo, con estos conciertos trato de llevar a Elvis a muchos países en los que nunca tocó.
-¿Cómo fue su relación con Elvis y por qué se animó a imitarle?
-Elvis fue mi maestro desde los cinco años, cuando mis padres ponían sus discos en casa y ya me enamoré de su voz y su talento. Cuando le vi en la primera película terminé de convencerme de que era mi mejor proyecto. Muy jovencito fui a sus conciertos, siempre en primera fila, y él preguntó a la gente de su equipo quién era yo. A partir de entonces nos hicimos amigos y mantuvimos muchas conversaciones, sobre todo por teléfono, y me regaló varias cosas que guardo con mucho cariño.
-¿Cuál cree que fue el mayor acierto de Elvis para tener tantísimo éxito?
-Supo unir en su música, con mucho respeto, retazos de los diferentes estilos musicales de distintas etnias que, en aquellos momentos, estaba prohibido emitir en la radio. Además, tenía una enorme simpatía, buen corazón y era muy guapo... Todo el conjunto hizo que se convirtiera en el Rey del Rock y que su concierto de Aloha fuera más seguido que cuando los primeros hombres pisaron la luna. Y yo estoy muy orgulloso de seguir acercándoselo a la gente.
-Tuvo la suerte de, incluso, parecerse a él físicamente.
-Sí, tengo un parecido natural y me gusta pensar que es porque mi destino era este. El pelo y las patillas son míos y realizo varios cambios de vestuario porque a la gente también le gusta ver cómo vestía Elvis.
