El Papa visitó ayer Amatrice y otras localidades del centro de Italia más afectadas por el terremoto del pasado 24 de agosto que causó 297 muertos y rezó con los damnificados, mostró su cercanía a los niños que se quedaron sin escuelas y a ancianos sin hogar.

Del programa de la visita sorpresa del pontífice, se fueron conociendo detalles a medida que Francisco se desplaza en la zona y de momento el Vaticano no precisó cuándo ni dónde concluirá.

En coincidencia con la fiesta de San Francisco, su onomástica y también patrón de Italia, el Papa se subió a su modesto utilitario sólo con la compañía de un pequeño grupo gendarmes y los medios de comunicación vaticanos. "Desde el primer momento, sentí la necesidad de estar aquí. De mostrar mi cercanía y de rezar por vosotros. Esto es lo que os traigo", fueron las palabras del Papa en Amatrice, que después pidió rezar un Padre Nuestro con las personas que le esperaban.