Javier Veiga encarna a Roberto Veiga en Aguasquentes", la nueva serie de Ficción Producciones para la TVG, que la cadena autonómica estrenará el próximo jueves a las 22.10 horas. Se trata de la primera ficción que el popular actor, director y guionista grovense hace para la Televisión de Galicia, en la que comparte cartel con María Vázquez, para quien la jueza Ana Ledo es su primer personaje protagonista en una serie gallega; Miguel de Lira; Antonio Durán "Morris"; Isabel Risco y Sheyla Fariña, entre otros.
-¿Cómo es su personaje?
-Roberto es un padre de familia y amante esposo pero que por la crisis de los 40 decide echar una canita al aire, con la suerte o la desgracia de que le pilla, su propia hija además. Con este problema de pareja empieza la serie, que me tiraré intentando enmendar este error y recuperar a mi mujer.
-Esposo y padre, poco que ver con usted...
-Muy poco sí, porque no estoy, bueno, no lo estaba cuando la rodamos [Veiga se casa precisamente hoy con la actriz Marta Hazas], y no tengo hijos. Pero me resultó curioso que el tipo sea arquitecto porque yo estudié, bueno, más bien me matriculé, en Arquitectura. Me hizo gracia pensar cómo podría haber sido mi vida de haber sido arquitecto, haberme casado y tenido hijos.
-¿Le hubiera gustado la vida de Roberto?
-No porque me gusta la mía, aunque no por nada. No creo en eso de que yo solo valgo para esto. Creo que la vida es una casualidad, y que se va de un lado a otro y que da igual que te dediques a hacer carpintería de ribeira o a ser actor. La experiencia vital no es eso.
-¿Y cómo acaba un estudiante de arquitectura siendo actor?
-Por casualidad infinita, Nunca tuve vocación en mi familia y en O Grove no tenemos teatro y cuando yo empecé ni siquiera había teatro aficionado. Desconocía ese mundo por completo, pero de repente, con 18 años, una edad en la que no sabes qué hacer de tu vida, decidí meterme en esto. En mi casa lo de arte dramático ni les sonaba. Mi padre pensaba que quería estudiar para ser pintor.
-Resulta curioso que esta sea la primera ficción que haga para la televisión gallega.
-Me marché a Madrid con 19 años y no tuve mucha relación aquí. Hice un corto, con 20 o 22 años, pero después seguí en Madrid y es cierto que me ofrecieron cosas pero nunca me coincidió el momento hasta ahora y la verdad es que me hizo muchísima ilusión interpretar un personaje en gallego porque aunque ya dirigí un texto mío en gallego, "Amigos ata a morte", nunca había hecho una ficción como actor.
-¿Y cómo está su gallego?
-Soy bilingüe, aunque lo tengo un poco en desuso. Sin embargo, cuando estoy en mi pueblo, hablo en gallego con la mayoría de mis amigos. Es una cosa curiosa, como soy nieto de falangista, en casa hablábamos castellano, pero en el restaurante que teníamos, en gallego.
-La serie arranca con el problema de pareja entre Ana y Roberto. Dicho así, no suena muy cómico. ¿Lo veremos en un papel dramático?
-No, no. Es una comedia absolutamente amable en la que ocurren cosas que están contadas desde un punto de vista cómico. Que un tipo engañe a su mujer con su mejor amiga y sea pillado por su hija sería un drama en cualquier familia, pero aquí no.
-¿Todo se puede contar desde el humor?
-Sin duda. Yo creo que la virtud de la comedia es que se puede reír de todo. Otra cosa es cómo lo hagas. En "Amigos ata a morte" hablo de la muerte y su historia, contada de otra manera, es un tragicón, y sin embargo es una comedia. Cualquier cosa se puede contar de forma cómica y además nos viene bien porque nos alivia de los dramas que nos pasan.
-¿De las audiencia también se ríe?
-Claro. Las bromas las haces porque es la forma que tienes de restarle importancia a lo que te preocupa. Destensan una situación difícil porque de la audiencia depende que siga la serie o no.
-¿El estreno de una serie le poner nervioso?
-Más que el estreno, la mañana siguiente por los resultados de audiencia y ahora también por las reacciones en las redes sociales.
-¿Y presionan?
-Creo hay que escucharlas, pero tampoco debes de hacer de esto un mantra.
