Los responsables del Festival de Cine de San Sebastián tienen un plan "a cuatro años", pero están a la espera de que llegue la "estabilidad política" para exponer a las entidades públicas esa "nueva línea", que el director del certamen, José Luis Rebordinos, no cree que pueda arrancar hasta 2018.

"Ahora hay un momento de impasse a ese nivel", señala Rebordinos, que explica que no trasladará sus planteamientos a las entidades que integran el consejo de administración del certamen -Ayuntamiento de San Sebastián, Diputación de Gipuzkoa y gobiernos vasco y central- hasta que se formen los ejecutivos de Madrid y Vitoria y ese órgano sea renovado.

Como necesitan de su aprobación para acometer esos nuevos retos, prefiere no adelantar por dónde desean "ir", pero si les dan el visto bueno trabajarán diferentes "aspectos", "sobre todo uno" que les interesa "mucho" y que no tiene que ver con la industria.

Reforzar la presencia de la industria cinematográfica en el certamen fue uno de sus empeños desde que asumió la dirección en 2011, "objetivo fundamental que se ha cumplido al cien por cien".

Sin marcha atrás

"Así como otras cosas no han salido, lo de la industria ha sido más rápido de lo que esperábamos. Teníamos 700 acreditados y ahora pasamos los 1.400. Se ha creado el Foro de Coproducción Europa-América Latina y se ha reforzado el departamento de industria. Ha habido una apuesta muy clara y lo difícil ya está hecho", destaca.

Se atreve incluso a decir que "la presencia de la industria en San Sebastián no tiene marcha atrás", aunque admite por otra parte que "en cinco años no se pueden hacer tantas cosas como uno cree cuando llega".

Algunas dependen más de la suerte que del esfuerzo o el presupuesto, como el número de estrellas que cada año desfilan por la alfombra roja, que en el caso de la edición que comienza el próximo 16 de septiembre, la 64, va a ser abundante, o el de quienes reciben el Premio Donostia del Festival.

Si en 2015 la edición quedó coja en nombres de relumbrón y con un único Premio Donostia, a Emily Watson, ahora el galardón acabará en las manos de Sigourney Weaver y de Ethan Hawke, al que se pretendió el año pasado, pero un retraso en la conclusión del rodaje de "Los siete magníficos" le impidió venir para ser reconocido y para inaugurar el certamen con Alejandro Amenábar y su "Regresión".

Rebordinos insiste en que el presupuesto del Zinemaldia tiene que seguir creciendo para ser "competitivo en la maraña de festivales y programación cinematográfica del último semestre del año", obviamente por encima de los 7,7 millones de euros de este año.