El Papa Francisco afirmó ayer, antes de pisar Polonia, que "el mundo está en guerra porque ha perdido la paz", pero aclaró que no se trata "de una guerra de religiones".

"Hablo en serio de guerra, una guerra de intereses, por dinero, por los recursos de la naturaleza, por el dominio de los pueblos. Pero no es una guerra de religiones, porque todas las religiones quieren la paz", reiteró Francisco, que ayer viajó a Cracovia para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que reúne a miles de jóvenes en la ciudad polaca hasta el próximo domingo.

Con un tono apesadumbrado que rompió la alegría correspondiente a un viaje en el que se encontrará con cientos de miles de jóvenes, Francisco quiso comentar los últimos episodios de violencia y los atentados, como el asalto el martes a una iglesia en el norte de Francia y en el que fue asesinado un sacerdote.

El Papa Francisco dijo que la primera palabra que viene a la cabeza sobre el actual momento de violencia es "inseguridad, pero que la verdadera palabra es guerra". Se refirió al religioso francés de 86 años Jacques Hamel, asesinado mientras celebraba misa en la localidad de Saint-Etienne-du-Rouvray, en Normandía, pero quiso recordar la muerte de muchos inocentes y no sólo en Europa.

"Desde hace tiempo decimos que el mundo vive una guerra a trozos. Recordamos a este santo sacerdote que ha muerto en el momento en el que recogía las oraciones para la Iglesia. Él es uno, pero cuántos cristianos, cuántos inocentes, cuántos niños... Pensemos, por ejemplo en Nigeria", afirmó el pontífice.

El papa argentino también se refirió al actual momento como una guerra "no orgánica", es decir no declarada, pero "sí, organizada", según aclaró el máximo dirigente de la Iglesia Católica.

El Papa Francisco, rumbo a las Jornadas Mundiales de la Juventud, puso sus esperanzas en los jóvenes: "Dicen que la juventud es esperanza, pues esperemos que los jóvenes nos digan algo y nos den algo de esperanza en este momento", afirmó.

Además, ya en Polonia, el pontífice no perdió la oportunidad de instar a Polonia a mostrarse disponible para acoger a los inmigrantes, "aquellos que huyen de las guerras y el hambre", en el discurso pronunciado ante las autoridades polacas. En este sentido realizó un llamamiento para atender a los refugiados al tiempo que pidió defender toda vida humana. "Se deben solicitar colaboraciones y sinergias internacionales para encontrar soluciones a los conflictos y las guerras, que obligan a muchas personas a abandonar sus hogares y su patria", recalcó.

Por otro lado, realizó un elogio de "las políticas sociales en favor de la familia, el primer y fundamental núcleo de la sociedad, para apoyar a las más débiles y las más pobres, y ayudarles en la acogida responsable de la vida", apuntó.