Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mitos y verdades de las parasomnias

Cuando la aventura comienza de noche

El sonambulismo afecta sobre todo a niños y suele remitir de adultos

Cuando la aventura comienza de noche

Algunos simplemente realizan ejercicios mecánicos como abrocharse y desabrocharse los botones. Otros, salen a la calle, van en coche o hasta entran a comprar en el supermercado. Cosas muy normales todas ellas, si no fuera porque sus protagonistas se encuentran cuando las realizan completamente dormidos. Son los sonámbulos, personas con un tipo de trastorno del sueño que resulta especialmente curioso por paradójico: el cerebro está lo suficientemente activo como para que uno se pueda mover pero no tan activo como para que uno se despierte.

Los casos de sonámbulos que llegan a las consultas son bastante escasos. Por poner un ejemplo, la Unidad de Sueño del CHUVI recibe al año tan solo cinco ó seis. "No hay un tratamiento para ello; algunos médicos recetan fármacos de tipo relajante pero yo prefiero no hacerlo. Aún así es bueno que las personas que tienen episodios recurrentes acudan al especialista para que descartemos otras dolencias que pueden estar relacionadas como la epilepsia", explica el neurofisiólogo Emilio Rodríguez Sáez.

El sonambulismo afecta principalmente a niños y adolescentes -la edad con mayor pico de frecuencia son los 12 años- más en hombres que en mujeres, y las familias se asustan y no saben cómo actuar. "A veces los pacientes tienen unos comportamientos tan extraños que las familias se alarman, pero lo mejor es no es despertarles ni mostrar ansiedad, sino reconducirles hasta su cama y cuidar que no se dañen con nada", destaca el doctor, al tiempo que echa abajo el mito de que sea peligroso despertar a los sonámbulos.

Ese es precisamente el mayor peligro que puede tener una persona sonámbula que deambule con asiduidad. "Hemos tenido un par de casos de personas que se tiraron por la ventana; menos mal que tuvieron suerte y no fueron golpes muy fuertes", comenta el experto, que aconseja a los padres "que se cierren bien las ventanas y las puertas y que, en casas de dos pisos los pequeños duerman en las plantas bajas y que se instalen barreras en las escaleras".

Para los sonámbulos, su situación no provoca ansiedad ya que "al día siguiente no recuerdan absolutamente nada, al contrario de lo que ocurre con las pesadillas", destaca Rodríguez.

El sonambulismo es el tipo más habitual de parasomnia, pero también se encuentran los terrores nocturnos -en los que el paciente se despierta rápidamente de su sueño en un estado aterrorizado- y somniloquía -hablar en voz alta durante el sueño. "Todos ellos acontecen en a fase no REM, que es una fase de sueño profundo y de ondas lentas", apunta el especialista en medicina del sueño.

Lo habitual, destaca el médico, es que "estos episodios vayan remitiendo con la edad hasta desaparecer, ya que cuando crecemos nuestra fase lenta de sueño cada vez dura menos, por lo que hay menos probabilidades de tener crisis, aunque también hay algunas personas en las que persisten de adultos, a veces transformadas en otras parasomnias", advierte.

Y no creamos que los brazos en alto tipo zombie son una broma: "algunos sonámbulos caminan así como una forma de protección".

Relatos cotidianos: la madre que recogía la ropa y el hijo que tiró al hermano

  • Goyi recuerda que su madre le contaba que cuando tenía unos 14 años se levantaba dormida muchas noches y se ponía a recoger la ropa del tendal y a doblarla. "Mi madre se encontraba la ropa recogida pero era un buen susto porque me podía caer por la ventana", apunta. Con los años, dejó de hacerlo pero Goyi, ahora con sus más de 60, asegura: "Aún tengo una relación extraña con el sueño; algunas cosas son tan reales que me sorprenden", dice. De sus cuatro hijos, uno siguió su camino, Santiago. "Normalmente solo se levantaba, iba al salón y se sentaba en el sofá, pero nos dio algunos sustos, como la vez que tiró del colchón de su hermano, que dormía en la litera de arriba, y se dio un buen golpe", recuerda.

Sonámbulos a juicio: el hombre que apuñaló a su suegra

  • Kenneth Parks, un joven de 23 años, condujo su automóvil a 15 millas de su casa en mayo de 1987. Allí atacó a su suegro dejándolo inconsciente y apuñaló a su suegra, causándole la muerte. A continuación, se dirigió a la estación de policía diciendo: "Creo que han matado a algunas personas". Estaba ensangrentado y su mano estaba gravemente herida. Parks no pudo recordar nada sobre el asesinato y no tenía motivos para cometerlos. Él se fue a dormir esa noche pensando en cómo iba a visitar a sus suegros al día siguiente con su esposa para hablarles sobre sus condiciones económicas y su problema con el juego. Después de un año, fue encontrado inocente de asesinato o de tentativa de asesinato.

El placer peligroso: sexomnia, un trastorno que puede convertir en violador

  • Stephen Lee Davis, un británico de 43 años acusado de un delito de violación, fue exculpado de abusar de una adolescente de 16 años. El jurado tomó dicha decisión a pesar de comprobar que, en efecto, había violado a la joven. ¿La razón? Davis padece "sexomnia", también llamado sonambulismo sexual. Este trastorno consiste en la aparición de conductas sexuales durante la fase del sueño profundo. También hace años el especialista en trastornos del sueño Peter Buchanan comenzó a profundizar en este desorden al conocer el caso de una mujer que cada noche abandonaba su casa en episodios de sonambulismo y mantenía relaciones con extraños. La mujer "llevaba a la práctica todo con lo que soñaba".

Compartir el artículo

stats