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Javier Iriondo:"Lo importante no es quién eres sino quién eres capaz de ser"

"La sociedad te vende el éxito como garantía de la felicidad y este se trivializa como si fuera algo fácil de conseguir", afirma el autor de "Los 10 pasos hacia tu cima personal"

Javier Iriondo y Belén Varela, ayer, en Club FARO. // Ricardo Grobas

"El mayor de los fracasos es una vida sin sueños". Con esta premisa arrancó ayer su intervención en el Club FARO Javier Iriondo, autor de "Los 10 pasos hacia tu cima personal", ante un auditorio lleno y pendiente de cada palabra, de cada gesto del conferenciante, que fue presentado por Belén Varela, presidenta de la Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas en Galicia. Y es un fracaso, aseguró, porque sin metas, sin propósitos, el individuo no avanza. Para ayudar a las personas no solo a alcanzar sus sueños, sino a luchar por ellos, Iriondo se embarcó en su tercer libro, que ayer presentó en Vigo, y que tiene vocación de método práctico de su anterior obra, "Donde tus sueños te lleven", del que ha vendido más de 6.000 ejemplares.

Pero el camino de los sueños está plagado de enemigos, como las falsas ideas sobre la felicidad -él prefiere hablar de plenitud- y el éxito, que han llenado, asegura, las consultas de los psicólogos de personas con graves problemas de depresión. "Y en vez de intentar solucionar el problema, se les mantiene a base de pastillas de colores, que les quitan el dolor, pero no les cura", explicó el emprendedor y especialista en desarrollo personal.

En este sentido, aseguró que hay una generación entera de personas con miedo al futuro porque la vida hoy es tan cambiante que ya no hay nada cierto. "Hemos sido educados para la seguridad, pero de repente el mundo ha cambiado, hemos pasado de la era de la rutina a la del cambio. Nos hemos dado cuenta de que no es cierto eso que nos decían de que si estudiábamos tendríamos garantizado un futuro. ¿Y a veces no sobreprotegemos a nuestros hijos, para evitarles que sufran? Y con esto solo educamos personas frágiles, incapaces de gestionar la frustración", advirtió.

Tampoco triunfar es sinónimo de felicidad, advirtió. "La sociedad te vende el éxito como garantía de la felicidad y trivializa el éxito como algo fácil y que deberíamos conseguir. Y hay gente que lo tiene todo y que está hecha un asco, aunque esté obligada a aparentar ser feliz. Y no hay mayor crueldad que tener la obligación de ser feliz", comentó. Pero al mismo tiempo, se encarga de poner en el camino metas cada vez más altas, explica Iriondo, de manera que la felicidad al final siempre está en el siguiente escalón. "De modo que nos pasamos la vida esperando alcanzar la felicidad, pero esta nunca llega", sentenció. Y a cambio, solo obtenemos frustración.

Iriondo es defensor del desarrollo personal, de la capacidad del ser humano de cambiar para adaptarse y superarse. "El ochenta por ciento de las personas cambian por dolor, el otro veinte, por un sueño o una idea inspiradora", concretó Iriondo, que añadió: "Cuando la vida nos aprieta, tenemos que crecer, tenemos que ser capaces de aprovechar ese momento para cambiar y no esperar que todo el mundo cambie menos nosotros", argumentó. Pero para esto, cada uno tiene que buscar su porqué para transformarse. "¿Qué tienes que cambiar para expandir? La identidad, la percepción que tenemos de nosotros mismos", aseguró.

"No me gusta hablar de felicidad, sino de plenitud, de estar bien con uno mismo y no buscar esa felicidad que nos han vendido", insistió. Pero para ello, la persona tiene que tener metas, un objetivo al que llegar. "Cuando uno tiene una razón no importa el cómo, lo haces", afirmó.

Iriondo recordó la historia de Nelson Mandela, que tras 27 años preso consiguió, a los 71 años, convertirse en uno de los líderes más admirados y queridos. "Cuando alguien le preguntó cómo había sido capaz de sobrevivir en la cácel todos esos años, él contestó que no había sobrevivido, sino que se había estado preparando para ese momento", relató.

Para Iriondo, el ser humano tiene seis necesidades psicológicas: seguridad-certeza, veriedad-incertidumbre, reconocimiento-importancia, amor y conexión, el desarrollo y crecimiento personal y la contribución personal.

"La contribución personal no se compra ni está en los escaparates; se encuentra en lo que das", aseguró el conferenciante, quien añadió: "La indiferencia es el virus más peligroso".

Para Iriondo, "el yo" también es otra piedra que vencer. "Hoy, más que nunca, se necesita comprensión, dosis masivas de comprensión. La arrogancia nos separa", aseguró.

Con "Los 10 pasos hacia tu cima personal", Iriondo quiere guiar al lector por el camino hacia su transformación para que vaya desde donde está hasta donde quiere estar. "Lo importante no es quién eres, sino quién eres capaz de ser", aseguró.

"Yo soy mi propio laboratorio, mi propio paciente"

  • Javier Iriondo explicó que sus libros, tanto los dos anteriores, novelados, como este tercero, concecibo a modo de guía práctica para alcanzar la cima personal, beben de la vida, de su vida.En este sentido, recordó su propia experiencia, cómo viajó a Estados Unidos como deportista de élite y dos años después de alcanzar el éxito, lo perdió todo y acabó deambulando por las calles, y cómo un día dejó de lamentarse por lo que había perdido y decidió recuperar su vida. "Yo soy mi propio laboratorio, mi propio paciente", aseguró.Durante su intervención, realizó varias pruebas al público para demostrar que todos tenemos los mismos problemas y miedos, y que nuestras preocupaciones no son económicas, sino emocionales. Cuando hizo escribir al público qué era lo que más les preocupaba, solo catorce personas dieron respuestas relacionadas con la situación económica. El resto, apuntó aspectos personales. "Está la creencia de que las soluciones a los problemas materiales resulven los conflictos emocionales, pero yo he dado conferencias en muchos países, a personas de todas las edades, creencias y razas, y debajo de nuestra apariencia, todos somos seres emocionales", aseguró.Sobre como solucionar estos conflictos, Iriondo volvió a la idea inicial: cambiar el enfoque. "Siempre decimos que la sociedad tiene que cambiar. Nosotros, aquí, ahora, somos la sociedad. Nosotros tenemos que cambiar", afirmó.Iriondo advirtió de que la vida siempre traerá momentos difíciles, momentos duros, y que todo dependerá de si aprovechamos esos momentos para cambiar, incluso para mejorarnos a nosotros mismos, o actuamos como víctimas. "Cuando la vida nos aprieta, tenemos que crecer", insistió.

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