Cuando viajas a Hollywood es muy habitual encontrarte con guías turísticos (antes, semi-amateur, ahora, muy profesionalizados o, el colmo, entrenados por la web de cotilleos tmz.com) que te enseñan el barrio de las estrellas de cine usando prácticos mapas con información sobre cada mansión que ves, sobre cada esquina que existe, donde ocurrió un algo con famosos. Aquí murió Freddie Prinze, aquí Hugh Grant pilló a Divine Brown, aquí apareció, desorientado, Bobbi Brown. Ya que en USA no hay mitología, queda mostrar la constelación de actrices, actores, directores... que son y que fueron, especialmente que son, y que forman un mosaico raro, loco, sobre el que asentar esa cosa rara y exponencial que se llama "star system". En la época de los grandes estudios, acercarte a una estrella era casi cosa de constelaciones: sus rutinas, sus seguridades, sus oscuridades? Con la llegada del XXI y la fotografía digital, este sistema ha cambiado terriblemente. La sobreexposición de los principales constructores del Hollywood moderno puede acabar en la camilla de la morgue que aparece en una foto de un aficionado en la citada tmz.com. "Exclusiva: sobredosis", y aparecen los títulos cutres de crédito cutre.

Como antes hizo Billy Wilder en "El crepúsculo de los dioses", esta materia inflamable hollywoodiense es a la que se agarra David Cronenberg y la comprende con una inteligencia asombrosa: en su centro la inocula a una criatura inocente (Mia Wasikowska) que se va quemando a un tiempo que todo lo que le rodea. La habilidad del director canadiense le iguala a otros acercamientos sobresalientes anteriores y especialmente al mosaico de David Lynch con "Carretera perdida", "Mulholland drive" e "Inland empire". Tiene claro "Maps to the stars" que semejante microambiente no se puede entender sin enlazarlo a la cultura de la autoayuda, por eso, el personaje de John Cusack adquiere una centralidad que no se le ha otorgado en ninguno de los textos críticos sobre este filme.

En él, en la carne de ese idiota triunfador, se entiende todo el mapa a las estrellas. En sus costuras baratas, en su egoísmo egocéntrico de sociedad de consumo, en su religión "new age" se resume ese universo hollywoodiense de apariencia omnipresente y omnipotente, pero, en realidad, tan pequeño como una pareja que se quiere a la luz de la luna.