Proclama la publicidad de la película que el productor es el mismo de "Harry Potter", como si eso fuera garantía de algo. Como mucho, subraya la intención de ese productor por cubrirse las espaldas con orígenes literarios de éxito. "Paddington" es una de esas películas "monas" y confortables que dan lo que prometen (un entretenimiento familiar puro y previsible), y cuyo único elemento un poco sorprendente es la naturalidad con la que el mundo de carne y hueso acepta la entrada en él de un oso que habla. Con un arranque claramente deudor de "Up!" y bastantes puntos de contacto con "101 dálmatas", con una Nicole Kidman pasada de rosca haciendo de Cruella de Vil, "Paddington" recurre a gags no muy originales (el cepillo de dientes usado para limpiarse los oídos o la inundación del cuarto de baño) y se mete al final en un pequeño lío argumental y de ritmo. En fin, los niños se lo pasarán bien, pero no requetebien.
