Desde que empezó a funcionar en 2009, del programa DNA-Prokids ya se benefician en torno a una quincena de países fundamentalmente latinoamericanos aunque también asiáticos (el último en incorporarse fue el Estado de Chiapas el pasado 30 de septiembre). DNA-Prokids surgió con el objetivo de que cada país dispusiera de su propio registro informático con datos genéticos tanto de niños sin identificar que constan como desaparecidos, como de sus familiares para poder cotejarlos.

Es necesaria según Lorente, una coordinación que, en opinión de Lorente, debería ejercer el Gobierno español dado que el proyecto, humanitario, surgió en la Universidad de Granada. Y un liderazgo internacional claro. Alguien debe promover una legislación armónica, la puesta en marcha de unos instrumentos comunes. Yo he reclamado a los dos últimos gobiernos que se haga desde España. Hemos demostrado que podemos hacerlo. España puede crear un centro, un observatorio contra la trata de menores. Debe liderar esa lucha.

Uno de cada 5 niños subsaharianos que entran en Melilla llega con madres postiza. Ese fue uno de los casos que contó Lorente para valorar la dimensión del problema. Las pruebas de ADN evidencian la existencia de menores ancla, lactantes utilizados por las mafias como salvoconducto para garantizar la permanencia de los inmigrantes en España. Lorente explica que el objetivo de estas identificaciones es "enviarles un mensaje a las mafias» para que no intenten mandar más niños a Europa por este sistema y poder 'blindar las fronteras de Melilla".