"O 1 de marzo é para min un día memorable por catro razóns: é o meu aniversario; é o meu santo; é o primeiro día que celebrei unha misa, e é o día en que se fundou Nova Nursia". Con estas palabras se expresaba en una carta el monje tudense Rosendo Salvado en 1893. Y hoy, de nuevo un 1 de marzo, doscientos años después de su nacimiento, Galicia rinde homenaje al religioso que realizó la mayor labor civilizadora con los aborígenes australianos en el siglo XIX con una gran exposición.

La muestra "Rosendo Salvado. O valedor do pobo aborixe", organizada por el Consello da Cultura Galega, es la más importante realizada hasta ahora sobre la vida del monje benedictino y cuenta con numerosos documentos, manuscritos, fotografías, objetos, primeras ediciones de sus obras, cartas, partituras y cuadros que relatan la odisea de un hombre muy especial del que, hasta ahora, apenas se le conocía por su supuesta introducción del eucalipto en Galicia. La exposición se inaugura hoy en el Área Panorámica de Tui, donde estará hasta el 30 de marzo, para luego viajar a Santiago de Compostela (San Martiño Pinario, del 3 de abril al 4 de mayo) y en julio y agosto al Monasterio de Samos.

"Rosendo Salvado es mucho más que ese hombre al que en Galicia se asocia con la introducción del eucalipto en esta tierra; lo más importante y de lo que menos se sabe es de su obra civilizadora y de las grandes dificultades que tuvo que vencer para que los aborígenes australianos pudiesen equiparar sus derechos a los colonos occidentales y para demostrar que esas personas no eran en absoluto inferiores a los europeos y podían educarse en cualquier cultura, algo de lo que en ese momento no se les creía capaces", explica Francisco Díaz-Fierros, comisario de la muestra.

"Rosendo Salvado fue un hombre puente entre religiones, culturas y continentes; no tenía ni una pizca de xenofobia y fue capaz de acercarse a los indígenas con tacto y respeto a su cultura y tradiciones; de hecho, Australia le quiere y también le homenajea estos días", añade por su parte Avelino Bouzán, director del Archivo Diocesano de la Catedral de Tui, que atesora buena parte de las piezas que se exponen en la muestra.

Otros documentos han sido prestados para la exposición por diversas familias relacionadas con el religioso; también hay fotografías procedentes del convento de Trasmañó y algunos libros y documentos de la Biblioteca de la Universidade de Santiago.

"Aunque la muestra está centrada en su labor con los indígenas, también hemos querido destacar otras facetas suyas como la musical, ya que fue un gran compositor y trasladó a las partituras además algunas canciones de los indígenas", apunta Díaz-Fierros. De hecho, en la la misa que se celebrará hoy en la Catedral de Tui (12.00 horas), presidida por el obispo de la diócesis Tui-Vigo, Luis Quinteiro Fiuza, se interpretarán varias piezas creadas por el monje tudense. Además, en abril se editará un libro con las partituras para piano de Salvado que se entregarán a los conservatorios de música.

Sus diarios

El padre Rosendo Salvado tenía la buena costumbre de anotar todo en sus diarios. En los doce volúmenes que escribió daba cuenta detallada y precisa de las costumbres de los indígenas, su forma de vida y las características de su medio natural. Todo ello es hoy en día un documento muy valioso que tiene un espacio especial en la exposición, donde se reúnen varias primeras ediciones de sus obras, "auténticos libros de aventuras", asegura Avelino Bouzán. A esto se unen las valiosísimas imágenes que tomó su hermano, Santos Salvado, aficionado a la fotografía, que decidió ir a Nueva Nursia a ayudarle.

A finales de 1848, Salvado fue mandado a Europa para recaudar fondos y conseguir más misioneros. También fue reclamado por la Congregación "Propaganda Fide" para que informase sobre una serie de problemas de la diócesis de Perth. Así, en Roma redactó un amplio memorial en el que describía la fundación y desarrollo de Nueva Nursia. Este libro, en el que también hablaba sobre los aborígenes, fue editado en italiano en 1852; al año siguiente en castellano y en 1977 se publicó la versión inglesa. Este año está prevista la versión en gallego, editada por el Consello da Cultura Galega, la Xunta y el Parlamento de Galicia.