El Papa emérito Benedicto XVI asegura, en sus primeras manifestaciones publicadas tras su renuncia, que los abusos de menores por parte de sacerdotes provocan "sufrimiento" en la Iglesia y que nunca ha tratado de encubrir estas acciones. "Nunca he tratado de encubrir estas acciones. Que el poder del mal penetre hasta tal punto en el mundo interior de la fe es para nosotros un sufrimiento que, de una parte, tenemos que soportar, y de otra, debemos hacer todo lo posible a fin de que no se repitan casos de estos", afirma en una carta en la que responde al matemático ateo italiano Piergiorgio Odifreddi, cuyos extractos aparecen publicados en el diario italiano "La Repubblica", con el consentimiento del propio Joseph Ratzinger.

Benedicto XVI reconoce una "profunda consternación" sobre el abuso moral de una "parte minoritaria de los sacerdotes" y asegura que no es motivo de consuelo saber que, según las investigaciones de los sociólogos, el índice de sacerdotes que cometen estos crímenes no es más alto que el de otras categorías profesionales. "En cualquier caso -añade-, no se debe presentar ostentosamente esta desviación como si se tratase de una inmundicia propia del catolicismo".