El alcalde de Catoira, Alberto García, se mostraba ayer satisfecho del transcurso de las fiestas de su pueblo, no solo del desembarco vikingo, que es el acto central del programa, sino también con otras actividades organizadas. En cuanto a la recreación de la invasión de los bárbaros normandos, el regidos socialista recalcó que este año la representación generó una mayor expectación que la del año pasado. "Fue una invasión de gente. Valoro muy positivamente la fiesta", declaró García.

El alcalde admite que en esta 53ª edición no se derrochó tanto tinto como en anteriores citas. No obstante, el vino continúa siendo el producto central de la fiesta, simulando la sangre derramada en el campo de batalla entre invasores y vecinos.