Una de las principales líneas de investigación en la actualidad es la de implantar electrodos en el cerebro con el objetivo de que emitan alertas con antelación e, incluso, en el futuro, puedan liberar medicación para prevenir los ataques. Tres hospitales de Australia han realizado una investigación con 15 pacientes a los que se les insertó un sistema de implantes que avisan al paciente. "El sistema se ha probado solo con 15 pacientes y de ellos, tres experimentaron efectos secundarios graves, por lo que aún es muy experimental", comenta el doctor Javier López, del CHUS.

En la unidad que López dirige en Santiago se realizan unos implantes de electrodos previos a la cirugía para determinar dónde está localizado exactamente el foco epiléptico. "Implantar en el cerebro tiene muchos riesgos de infecciones, por eso solo los mantenemos durante una semana", apunta el doctor. El experto advierte que si esta nueva tecnología posee un material que permita que los electrodos permanezcan en el cerebro durante más tiempo "sería una gran ventaja". El implante de electrodos se realiza en Santiago solo en los casos en los que tienen dudas de la localización del foco -unas 5 ó 7 al año- y se registran las crisis durante una semana.