A sus 86 años, Isabel II pasa por el hospital en un visto y no visto. Llevaba diez años sin pisar la consulta del médico. La monarca raras veces está enferma pero sufrió una gastroenteritis. Esa es la versión oficial. Yo creo que cogió frío. Con eso de la crisis, los recortes y el dar ejemplo y con la familia a punto de crecer, la reina de Inglaterra ha decidido dejar de utilizar sus lujosas chimeneas para calentar Buckingham. Ahora se vale de un pequeño calefactor para caldear el ambiente. Los medios británicos captaron la imagen de la estufita durante una audiencia privada de la reina a un alto diplomático australiano. El detalle de austeridad es de agradecer, pero seamos realistas, doña: un palacio es un palacio y eso no lo calienta usted con un infiernillo. El presupuesto de 7,9 millones de euros de que dispone la Casa del Rey en España no incluye los gastos de luz, agua, calefacción o jardinería de las residencias de la Zarzuela y demás. No así Isabel II, que?se lo paga de su bolsillo de armiño. En 2004 la pillaron tratando de sufragar parte de sus facturas energéticas echando mano de un fondo de ayudas a familias sin recursos. No coló. Por eso el calefactor.

A ver si a Pantoja le va a acabar pasando como a Campanario. Ya saben, lo de los juicios populares y la mácula social. La mujer de Jesulín, aun antes de ser firme su condena por la justicia terrenal, fue despachada de la universidad en la que estudiaba para labrarse un futuro en el universo dental. Ahora sabemos por qué. La familia de Ambiciones pasa apuros. El patriarca II (el papá de Mari Jose) emula al patriarca I (el tigre Humberto) y va a los platós a hacer caja para ayudar a los chicos. A Isabel aún no la han condenado, pero una diputada del BNG ha cuestionado que la contrataran en la televisión pública gallega. A una persona "incursa en un proceso por delito continuado de blanqueo de capitales". La incursión no le va nada bien a la tonadilla.

Desde la clínica La Milagrosa de Madrid el rey sigue el Manchester-Real Madrid. Lo sabemos porque así lo dijo su hijo, el príncipe heredero. Que no iba a perderse el partido por muy operado que estuviera. Sabemos, pues, que el monarca vio el fútbol en TVE. Él, como el primero de los españoles, el primero de los casi diez millones de espectadores que tuvo el encuentro. Los siguientes espacios más vistos fueron "Desafío Champions" y la segunda edición del Telediario. En cuarta posición, "Gran Hotel", un poco por delante de "Hay una cosa que te quiero decir" en Telecinco. Y eso que allí Jorge Javier Vázquez recibía a Bárbara Rey. Un paisano totanero pide para la vedette una calle en su pueblo murciano. Ella se emocionó. JJ también.

La abuela es Rosa Benito. El abuelo, Amador Mohedano. Chayo, la sobrina de la más grande, eterna aspirante a artista -impuesta en los espectáculos, a decir de los coreógrafos; promocionada por el padre y representante a través de sus vínculos presuntos con el bigotes, a decir de otros- da a luz a su tercer hijo. La importancia de este bebé es mediática. La propia orgullosa abuela utilizó al entonces nasciturus en Sálvame para anunciar que estaba esperando su llegada al mundo para culminar su prorrogado fin de matrimonio. O sea que el niño, en este caso, en vez de pan viene con un divorcio bajo el brazo. O con una exclusiva. O un polígrafo, etc, etc.

La legislación vigente establece que determinados delitos -parricidio, asesinato, homicidio, inducción al suicidio, infanticidio, cohecho, malversación, tráfico de influencias o allanamiento de morada, entre otras lindezas- deben ser juzgados por un jurado popular. Son nueve ciudadanos -más dos suplentes- sin conocimientos de leyes, elegidos al azar entre el censo. Hay que ser español, mayor de edad y saber leer y escribir. Los escogidos no pueden negarse, bajo sanción. Carmen Lomana salió en uno de esos bombos. Estaba citada para la selección de un jurado popular que debía juzgar un caso de sangre. No se presentó. No podía alegar ser el rey -está excluido- ni juez o policía pero podía haber dicho la verdad: que tiene "un trabajo de relevante interés general, cuya sustitución originaría importantes perjuicios al mismo" (Ley Orgánica 5/1995, de 22 de mayo, del Tribunal del Jurado, artículo 12). Ese trabajo es un programa de telerrealidad (otro) de bañador y piscina. Ella misma lo explicaba: "Siempre muchísimos (proyectos). De momento tirarme del trampolín". Se habría ahorrado la multa.

Aquí somos un poco ingenuos. Se nos rompe el alma cuando vemos a alguien como, pongo por caso, Carmen Thyssen sufrir porque no se habla con su hijo. Pero las penas son menos, pensamos, con dinero. Luego la vemos en el trance de vender al mejor postor un cuadro, un amadísimo recuerdo de su Heini, y ahí sí que empatizamos de verdad. Ilusos. Resulta que desembarcan en España los Forbes, paradigma no de los millonarios sino de los billonarios, y ahí está Tita, en la puesta de largo. Porque el barón y la baronesa siempre han sido muy Forbes. Como el abuelo Amancio. En 2011 sin ir más lejos la revista incluía a la exmiss entre las mujeres españolas de más posibles. Los suizos no se dejan engañar tan fácilmente. Allí tienen su propia lista, la de la revista Bilan, que sitúa a Carmen Cervera entre las 300 personas más ricas de Suiza, y eso que allí se mueve mucho billete, ya saben. Bilan dice que Tita quiso "hacer creer al mundo entero que estaba en una situación de necesidad" y que lo que le dieron por el Constable le dura a ella "unos meses". A los suizos Carmen no se las da con queso helvético, como a nosotros nos las da con manchego.