La programación cultural de Vigo corre riesgo de desaparecer. Por un lado, los líos domésticos y macroeconómicos de las antiguas cajas han casi barrido su obra social. Por otro, las administraciones han dejado al Museo de Arte Contemporáneo (MARCO) reducido a la mínima expresión a pesar de ser un referente estatal. Como añadido, los organizadores de los festivales Alt -con once ediciones cumplidas trayendo cada mes de marzo a una selecta selección de obras de teatro, danza y performance- y Sinsal, con diez ediciones dedicadas a expresiones musicales avanzadas de última generación, están barajando seriamente plantarse y dejar de celebrar dichos eventos.

El ImaxinaSons de Jazz tampoco ve nítido el futuro próximo. A cinco o seis meses de su supuesta celebración, se desconoce si seguirá recibiendo el patrocinio del Concello de Vigo y sin presupuesto no pueden contratar músicos y, por lo tanto, armar el festival.

"Otros años ya comenzábamos a programar (ofrecer conciertos) en enero. Ahora, hemos comprendido que no podemos programar los seis primeros meses. ¿Qué sentido tiene mover las contrataciones si no sabemos si vamos a hacer el festival?", se pregunta uno de los codirectores de Sinsal Luis Campos.

La directora del ALT, Lola Correa, reconoce que, por su parte, "estábamos por no continuar con el ALT pero el equipo nos pide que sigamos. Artistas de toda España nos piden que nos mantengamos pero resulta muy difícil cuando desde el Concello de Vigo te dejan una cuantía mínima que apenas daría para dos días de festival. Nos negamos a reducir la calidad".

El Festival Alternativo das Artes Escénicas, según Correa, mermó entre 2011 y 2012 su presupuesto un 40%; mientras que entre 2012 y 2013, la bajada sería del 33%. "Es una espada de Damocles decirnos en enero la aportación municipal que vamos a tener para un festival que se desarrolla en marzo. Necesitamos varios meses más para organizar las actuaciones, contratar a los artistas, organizar...", se queja la directora.

Desde Sinsal, la situación es similar. En su caso, no tienen la seguridad al 100% de qué cuantía van a recibir del Concello de Vigo. Tampoco conocen si la Xunta apoyará este año el Festival Sinsal en San Simón -que había sido todo un éxito el pasado año- ya que la Fundación San Simón ha sido desarmada. "Ni nosotros ni el actual director en funciones de la Fundación sabe qué va a pasar. Tampoco hay director de la Axencia Galega de Industrias Culturais (Agadic)", dependiente de la Consellería de Cultura. Sin estos cargos, los organizadores de festivales culturales carecen de referentes a los que presentar sus proyectos y pedir apoyos."Vivimos en una incertidumbre", añadía Campos.

La petición a los poderes públicos es clara. Primero, que Ayuntamiento, Diputación y Xunta confirmen con tiempo la aportación a los festivales: segundo, que en una misma iniciativa pueda recibir apoyos de más de una administración; tercero, que estos entes ayuden a los promotores culturales a buscar patrocinio privado.

Por ello, responsables de festivales demandan "coordinación" entre las administraciones. Al sector cultural, le perjudica la mala relación de los distintos estamentos políticos en Galicia. Por norma general, no escrita, un gobierno con un color político ve con malos ojos apoyar una iniciativa cultural que apoya otra administración de diferente color. Es ahí donde priman los intereses partidistas sobre el bien común.

No obstante, los organizadores de festivales no arrojan la toalla. Ven con buenos ojos, en principio, la idea del alcalde de presentarle a este un programa cultural para la ciudad para una mayor implicación de esta administración. Tanto Correa como Campos coinciden en señalar que los políticos deben ver que la cultura crea puestos de trabajo (dinamizando la hostelería y el sector servicios de la ciudad), diferenciando la urbe de otras por su programación cultural que atrae a turistas, generando riqueza.