A este paso tendremos que hablar de un subgénero cinematográfico de vocación Guadiana: las películas sobre dobles de personajes malvados. Así, a bote pronto: desde "El prisionero de Zenda" (dos versiones admirables, por cierto) hasta la pésima "El dictador" pasando por "Espérame en el cielo" (con Franco), "Mi doble en los Alpes" o una menudencia de John Ford, "Pasaporte a la fama". Siempre con el mismo planteamiento: una persona inocente que se ve metida en problemas por su enorme parecido con gente poderosa y despiadada. Y, ahora, "El doble del diablo," inspirada en un caso real: un sencillo soldado iraquí al que se le complica la vida cuando un hijo sanguinario de Saddam Hussein decide que él también quiere tener un doble, como su diabólico padre, por aquello de la protección y tal. El doble de marras existió y sobrevivió y contó su historia, que en muchas cosas no tiene nada que ver con lo que vemos en pantalla, en especial un desenlace tirando a zarzuelero que no se lo cree ni el tato. El problema de la película, que arranca con cierto brío, es que empieza demasiado pronto a dar volantazos sin ton ni son, pasando de la exhibición de brutalidades a humoradas torpes (el chiste sobre los distintos tamaños de penes es digno de Torrente) y deslizándose de pronto a terrenos más propios de James Bond (no olvidemos que el director hizo "Muere otro día", de la que sólo se recuerda la salida del mar de Halle Berry imitando a Ursula Andress) antes de precipitarse a un final disparatado. Atrapado entre esos dos juegos, Dominic Cooper ofrece dos caras bien distintas: cuando hace del malvado hijísimo está ridículo y no transmite en ningún momento sensación de amenaza, por más que destripe a algún personaje caído en desgracia, pero cuando se pone en la piel de su desdichado doble muestra mucha más seguridad y convicción. Lástima que en algunas de esas escenas sea saboteado por una Ludivine Sagnier peinada y maquillada por su peor enemigo y con cara de no enterarse de qué va la fiesta. Como no se atreve a ser una farsa porque el asunto es muy delicado (y no está el irritante Borat para mofarse) pero no tiene coraje suficiente para hurgar en los aspectos más graves que trata (la crueldad de un régimen bárbaro, el enfrentamiento psicológico entre dos personas iguales de apariencia y opuestas en todo lo demás, las distintas respuestas de las víctimas bajo el yugo, con sacrificio en unos casos y traición en otros), "El doble del diablo" saca muy poca nota. Vamos, que suspende.