El catedrático de Clínica Médica Miguel Gil Casares (Santiago, 1871-1931) ya describió en 1905 las propiedades medicinales de las aguas de la fuente de Sela, en Arbo, descubierta en 1900 por el párroco José Pérez Domínguez, aunque el manuscrito, de 33 páginas y titulado "Memoria histórica-científica de las aguas del manantial de Sela", ha permanecido inédito hasta ahora. Fernando Ponte, doctor en Medicina y Cirugía y doctor en Historia de la Ciencia, que prepara una biografía sobre Gil Casares, encontró este texto entre los documentos que conserva la familia del reconocido médico compostelano, y que ahora publica la cátedra de Hidrología Médica de la Universidad de Santiago (USC) y la Asociación de Balnearios de Galicia junto con otros documentos históricos sobre la fuente de Sela, como la certificación del farmacéutico Juan Bautista Rodríguez (1904) sobre la composición de estas aguas bicarbonatadas-cálcicas y cloruradosódicas gaseosas, que llegaron incluso a comercializarse. Isabel Rego, licenciada en Medicina y especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, y Jorge Freijanes, perito e ingeniero técnico agrícola, enólogo y exalcalde de Arbo, son los otros dos investigadores que firman este libro, que se publica con el título de "La fuente de los templarios", en referencia al antiguo monasterio templario que se levantaba en esa zona. En el manuscrito, Gil Casares describe la localización del manantial, la composición química y bacteriológica de sus aguas, y las indicaciones terapéuticas para tratar enfermedades del estómago e intestinos, del hígado y páncreas, aparato respiratorio, enfermedades constitucionales, aparato urinario e incluso la piel.

"Fue una de las grandes figuras de la medicina en su época, tan importante como Marañón y Hernando. Es inconcebible que se hayan olvidado de él", afirma Ponte.

Datos de interés

Vida. Miguel Gil Casares nació en Santiago en 1871. Se licenció en Medicina en 1893, a los 22 años, con premio extraordinario. En 1897 obtiene la cátedra de Enfermedades de la Infancia (hoy pediatría), que abandona en 1901 por traslado, en concurso de méritos, a la de Patología y Clínica Médicas, que ostentará hasta su muerte, en 1931.

Conferencias. Participó en numerosos congresos, como en la II Conferencia Internacional de la Emigración de 1928, en Cuba, en la que representó a España. Fruto de ese viaje escribe "Crónicas de un viaje a La Habana" para FARO.