"El reto de la ingeniería del futuro es en primer lugar la sostenibilidad de la civilización a todos los niveles. Unos 8.000 millones de personas van a necesitar comer, vestirse, vivienda, automóvil, un móvil... Los retos son espectaculares para la ingeniería", dijo ayer Juan Pou Soracho, director de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidad de Vigo.

"La ingeniería industrial; el arte de hacer más fácil la vida de las personas". Ese es el título de la charla que le presentó Mariano Pérez-Amor, catedrático de Física Aplicada de la Universidad de Vigo, en la que primero Pou habló de qué era esa profesión, pasó después por su pasado y presente y concluyó hablando de los retos de futuro. Respecto al primer reto, la sostenibilidad de la civilización, puso el ejemplo de los móviles y la necesidad de hallar solución a su punto débil, las baterías, "El litio de las baterías de última generación –afirmó– es un bien muy escaso. Por tanto los ingenieros debemos pensar en nuevos sistemas de alimentación".

Un segundo reto para Pou es la salud, "no llegar a los 100 años y depender de otras personas, no envejecer decrépitos". Un tercero, el agua, "que será problema cada vez más acuciante"; un cuarto, la energía. "Se habla de sustituir los automóviles de gasolina o gasoil por vehículos eléctricos pero ¿de dónde sacaremos la energía eléctrica necesaria para mover todos esos cientos de millones de vehículos? No está resuelto el problema".

El director de la Escuela de Industriales habló de una quinta necesidad de futuro. "Nuestra sociedad –dijo– está creando una masa enorme de excluidos socialmente no solo por la pobreza sino porque la tecnologización crea verdaderos alienados tecnológicos". Y Pou, que habló de que toda esta tarea hay que realizarla entendiendo el mundo como aldea global en que clientes y competidores están en cualquier parte, hizo un rápido recorrido por tecnologías de futuro en las que será necesario profundizar: nanoingeniería, biomimética, spintrónica...

Tras un pequeño gesto

Su charla había comenzado, en realidad, dimensionando la presencia de la ingeniería industrial en nuestra vida. "El gesto que hacemos de forma rutinaria de accionar el interruptor de la luz al levantarnos es un buen ejemplo de lo que la ingeniería industrial hace todos los días del año y las 24 horas del día para hacernos la vida más fácil. Debajo de ese gesto hay toda una historia que comenzó por el descubrimiento de sistemas de generación de energía eléctrica, su distribución, la disponibilidad individual de la misma... que ha precisado de un siglo entero para asentarse y que podamos realizar el gesto cotidiano de accionar el interruptor de la luz".

Pou hizo una distinción entre la ciencia, el intento por entender cómo funciona la naturaleza y comprobar sus leyes independientemente del uso que se le dé a sus descubrimientos, y la ingeniería, que pretende satisfacer necesidades de la sociedad creando artilugios que puedan servir a tal fin. "Isaac Rabi fue un científico, uno de los padres de la magnética. "Gracias a sus investigaciones –explicó– , 50 años más tarde se comercializaron los sistemas de resonancia magnética nuclear. Pero para pasar de aquellos experimentos de Rabi a las máquinas sofisticadas de nuestros hospitales la clave fue la intervención de ingenieros que idearon técnicas electrónicas, informáticas, automáticas, mecánicas, buscaron materiales, diseñaron esas máquinas...".

Ese ejemplo le permitió a Pou responder a la pregunta de qué es la ingeniería. "Nosotros partimos de la sociedad y de las necesidades que deben ser satisfechas. Cuando aunamos la aplicación del conocimiento científico con la creatividad del hombre y un análisis riguroso de la realidad para satisfacer las necesidades sociales, entonces estamos en la ingeniería".

Puso otros ejemplos de áreas de aplicación de ingenierías. Por ejemplo, en la necesidad de comer de la población. "El acto natural –dijo– sería comer lo que la naturaleza nos ofrece; el acto técnico artesanal fue cazar, sembrar, recolectar... la ingeniería estableció sistemas de riego, cultivos a media y gran escala, desarrollo de procesos de conservación, envasado..."

"Seguiremos diseñando y construyendo"

No podía faltar en un acto de la Universidad de Vigo una información sobre el nacimiento de las primeras escuelas de ingeniería en España (en el XVIII como escuelas militares) y de la ingeniería industrial en Vigo. "En 1901 –afirmó– nace en Vigo como Escuela de artes e industrial de Vigo y en 1976 comienza la titulación de ingeniero industrial, primero en unos barracones anexos al edificio de la calle Torrecedeira y pasando después al actual edificio del campus. El año pasado se culminó un proceso de fusión de las dos antiguas escuelas con lo cual se crea la actual Escuela de Ingeniería Industrial de Vigo. Miles de alumnos han salido en todos estos años de Vigo".

De ayer a hoy

Para certificar el progreso desde el pasado al presente a partir de la intervención de la ingeniería citó Pou al automóvil, desde que Ford introdujo la fabricación en cadena y permitió el acceso a una parte de la sociedad. "Pero la fabricación de un automóvil –explicó– es una tarea compleja. Un turismo medio está formado por 50.000 piezas y todas las ramas de la ingeniería industrial se dan la mano para el diseño y fabricación de un coche. Tanto la mecánica y el diseño industrial como los materiales. Añadamos a eso que hoy los automóviles son auténticos ordenadores sobre ruedas y que la producción está robotizada y se sirve de últimas tecnologías como la soldadura por láser. En este proceso están presentes todas las especialidades de la ingeniería industrial. En definitiva, en el futuro los ingenieros seguiremos pensando, diseñando, construyendo, fabricando, organizando... por una vida más fácil".