Entre los siglos I y III, de varias explotaciones mineras situadas en la Galicia actual salió oro. Pocas toneladas, pero oro. Allí trabajaron, en pequeñas jornadas –según arqueólogos– los pobladores, como forma de pagar los tributos a Roma. Las minas estaban enlazadas por la calzada conocida como Vía Nova y que cruzó desde Portugal, el sur de Galicia hasta Astorga. Un estudio reciente del CSIC –con ayuda de un convenio del Ministerio de Cultura– indaga ahora en esos conjuntos mineros de oro, que coinciden en la ruta y resuelve que entre las razones primordiales del trazado estuvo controlar tanto el preciado oro, como a los indígenas. ¿Una vía de comunicación o de control? Siendo los romanos precisos ingenieros de caminos, ¿qué explica que no eligieran el trazado óptimo? Varios científicos dirigidos por Javier Sánchez- Palencia y un equipo en el que está el arqueólogo gallego, natural de Moaña, Brais Currás, exponen sus conclusiones. Existen dos conjuntos mineros "de gran interés", según el responsable Sánchez-Palencia: Os Milagres do Monte Medo y Os Biocos, ambos localizados en la provincia de Ourense.

En algunas rutas de senderismo por el Parque Nacional del Xurés aún se puede tropezar con algunas viejas piedras que guardan muescas de ruedas de carros romanos. Están sobre una antigua calzada que diseñaron y usaron –como en la sociedad actual una autovía– los romanos para enlazar dos de los principales núcleos del territorio. Unía los trescientos kilómetros que distan entre Braga (Portugal) y Astorga (León), o lo que es lo mismo, enlazó las denominadas en latín Asturica Augusta y Bracara Augusta. Es la Vía Nova. Alguno de los miliarios, o marcadores de millas romanos –similares a las actuales señales kilométricas– aún se encuentra también clavado "in situ", atravesando los siglos y los avatares de las épocas.

A través de análisis basados en sistemas de información geográfica, el trabajo del CSIC ha constatado que la Vía Nova "forma parte de un sistema orientado hacia el control del territorio y su explotación", explica Brais Currás. Dado que existen otras vías anteriores y posteriores en dichos núcleos, Currás opina que "el trazado de la vía se estableció para buscar la mejor forma de articular las explotaciones mineras y las comunidades locales para aplicarles su sistema impositivo".

El conjunto minero de Os Milagres do Monte Medo se localiza en el valle del río Tioira, en la llanura que discurre entre las localidades de Maceda y Baños de Molgas y representa una de las mayores explotaciones auríferas romanas del Noroeste. Se trata de una superficie de más de 600 hectáreas que se extiende al pie del Santuario de Os Milagres do Monte Medo. El nombre de Os Medos, como el de Las Médulas, hace referencia a la similitud de los restos de la explotación minera con las medas (los apilamientos de forma cónica con que se dejaba el cereal para secarse sobre los campos segados). En el concello de San Xoán de Río, en el lugar de Cabanas, se encuentra la explotación romana aurífera de Os Biocos, una mina sobre roca equivalente a otras del noroeste peninsular como la de Tresminas (Vila Pouca de Aguiar, Portugal) y la de A Toca (Folgoso do Courel). La mina es visitable. El estudio de ambas explotaciones se integra dentro de los análisis realizados durante un año y medio por el equipo del CSIC sobre el tramo español de la Vía Nova y su patrimonio asociado.