Llanto de rabia, lloro contenido por los japoneses ante la catástrofe, lágrimas de plañidera en un entierro, llorar por los demás, o por uno mismo; por emoción o por decepción... Hay tantas maneras de llorar y pocos lugares, ni tiempo en que hacerlo. Es lo que sostiene la artista multidisciplinar Rossy de Palma, que ayer se presentó en España con una faceta hasta ahora solo trabajada en Francia. Y lo hizo en Galicia.

Rossy de Palma inauguró en el Ifevi de Vigo "El lloratorio"; un espacio en el que propone que se llore. Una idea que fue creciendo desde el día después del 11-M en Madrid y que asegura que ya cuenta con página de facebook y varios vídeos en youtube; entre ellos, los de una familia de Mali que vive en un piso sin garantías en París. "¿Por qué aliviamos otras necesidades y no la emoción?", se planteó la actriz. "Llorar es el acto más humano que existe, en una sociedad hoy deshumanizada; así nacemos y eso nos da nuestro primer aliento de vida", alegó.

Por eso, trasladó un espacio en el que llorar, con banco y espejo y una pared en la que pintó "Cry me a river". Enseguida entraron en acción alumnos de arte dramático que acabaron entre sollozos. Las paredes se convierten en ese espacio en un particular muro en el que como post it, cada uno cuelga sus motivos de llanto, o de recuerdo. La misma función que hace un libro en blanco.

Rossy de Palma animó a la gente a enviar vídeos a su página, de forma que el proyecto circule por otras ferias y el año que viene se expongan en Vigo los resultados. Tras diez minutos, la actriz retomó la palabra para hablar de su última trayectoria con los medios. La directora artística de la muestra evaluó la propuesta de "interesante, potente y comprometido". Una de las últimas frases apuntadas en el muro fue: "Lloro por ti".