Lograr que la emisión de los gases que provocan el efecto invernadero (principalmente, CO2) sea eliminada prácticamente de los países desarrollados y reducida a un mínimo en los en vías de desarrollo de aquí a 50 años "no es una quimera, es posible", aseguraba ayer Xavier Labandeira, catedrático de la Universidad de Vigo, quien apostó por dar un protagonismo total a la energía eléctrica desde fuentes renovables en lugar del carbón.

Como añadido, ayer en Vigo, el profesor opinaba que "las instituciones que tenemos hoy en día no son las más apropiadas para conseguir esto", en alusión a la ONU y las diferentes cumbres multilaterales (de más de un centenar de países como la de Cancún) que organiza contra el cambio climático y la contaminación.

En lugar de la negociación en el seno de la ONU con tan ingente número de estados, Labandeira –desde el centro de investigación privado Economics for Energy– plantea que este tipo de negociación se complemente con otra que "busque acuerdos de menor escala, con negociación entre la Unión Europea, Estados Unidos, Japón y China", para incluir también a Brasil e India en un primer momento.

El catedrático de la universidad viguesa añadió que "un sistema como el de la ONU es bueno para tratar parte de estos asuntos; pero no es bueno para conseguir reducciones rápidas por parte de los principales emisores".

Labandeira junto al catedrático de la Universidad Complutense de Madrid Emilio Cerdá, y el profesor Anil Markandya (Premio Nobel de la Paz en 2007 por trabajar en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático IPCC) (y que llegó a última hora de la tarde debido a problemas de tráfico aéreo) presentó ayer en Vigo el libro "Climate Change Policies", una obra –en inglés– que facilitaron en Cancún a expertos de la Cumbre.

Respecto a la posibilidad de llegar a un acuerdo vinculante (que todos los países firmantes tengan la obligación de cumplir), Xavier Labandeira señaló que "las soluciones no tienen que ser uniformes para todos. China no puede tener el mismo tratamiento que la Unión Europea porque nosotros tenemos un desarrollo económico mayor y porque nosotros hemos causado el problema durante generaciones. Eso no implica que China no tenga que hacer nada, porque si no no tiene sentido".

Preguntado acerca de cómo imagina Labandeira un futuro idílico, señaló ayer a este diario que "a mediados de este siglo, veo unos países desarrollados descarbonizados –sin emisión de CO2 y otros gases del efecto invernadero– y otros países emergentes con alta descarbonización pero no total".

Para lograrlo, a su juicio, el Protocolo de Kyoto no es el camino. "No es viable, no se puede prolongar sólo con Japón y la Unión Europea mientras China y Estados Unidos quedan fuera del mismo. No es sensato, no conseguiríamos mejoras ambientales", respondió preguntado acerca de que la segunda parte del protocolo haya quedado en suspenso con la Cumbre de Cancún.

A juicio de este catedrático, "hay que buscar un nuevo acuerdo vinculante, idealmente el año que viene, que consiga reducciones serias de emisiones de todos los países participantes. No podemos esperar eternamente".

Por su parte, Emilio Cerdá recordó que "después del 2012, no hay nada y eso no puede ser".

En cuanto al fondo internacional para luchar contra la deforestación en los países en desarrollo, Labandeira indicó que "es un instrumento muy positivo. Es crucial no deforestar, porque cuanto más deforestas, más emisiones emites y menos carbono captas".