En los años setenta, el jeque Zayed, fundador de los Emiratos Árabes, convirtió la isla de Sir Bani Yas, situada a 250 kilómetros al suroeste de Abu Dhabi, en un refugio para animales salvajes en peligro de extinción. Guepardos, oryx, tortugas y delfines habitan desde entonces los diferentes hábitats de sus 87 km2. Tras la muerte de Zayed en 2004, el gobierno asumió la colección privada y la conservación de este paraíso, auténtico santuario para especies ya desaparecidas de la vida en libertad, e introdujo el turismo de lujo y sostenible. "Es posible combinar ambos", asegura Bárbara Arca (Santiago, 1977), que desde principios de año dirige los servicios veterinarios.

"Lo que más me atrajo fue la posibilidad de empezar un proyecto desde cero. Las responsabilidades son infinitas dado el gran número de especies, pero éste es un lugar bastante único en el mundo", relata.

La empresa gubernamental TDIC se ocupa de la gestión de Sir Bani Yas que conforma, junto a otras pequeñas extensiones, las Islas del Desierto. Ya existe un resort de cinco estrellas y se construyen otros dos, además de planear la restauración de un monasterio preislámico y el World Life Center, un futuro parque para safaris de 600 hectáreas.

Rodeada de manglares y arrecifes, la isla dedica una gran parte de su extensión al Parque de Vida Sivestre de Arabia, donde viven en libertad miles de ejemplares de especies autóctonas como gacelas, hienas o guepardos. Cuatro cachorros de esta especie nacieron poco antes de su llegada tras haberse extinguido en la península arábiga: "También hemos tenido bebés de hienas y dos crías de caracales".

Ambos felinos han sido bautizados como Bonny y Clyde por su carácter inquieto, pero la veterinaria gallega ya ha puesto una pica por el español en la onomástica de la isla y un bebé de eland –el mayor de los antílopes– responde al nombre de Lola, revela entre risas. A la elevadísima biodiversidad de mamíferos –acaban de descubrir dos nuevas especies de murciélagos– se une la de las aves: "Somos una estación de paso para muchas".

El contacto con los animales sólo se realiza de forma puntual y los veterinarios toman muchas precauciones. "En cuanto ves que se ponen agresivos te retiras, pero nunca atacan porque sí. Sólo si se sienten amenazados", aclara Bárbara.

Tras acabar la carrera en Santiago, se dio cuenta de que la fauna salvaje era lo suyo y se marchó a Reino Unido con una beca Barrié para especializarse. Trabajó en la universidad australiana de Queensland y también en una clínica especializada en halcones en Dubai por la que pasaban todo tipo de animales de colecciones privadas, "desde guepardos a un gorila".

Cardiff fue su último destino antes de regresar al Golfo Pérsico. "No me importa ir a dónde sea por hacer lo que me gusta". Solo abandona la isla en sus días de descanso, cuando vuelve a la capital, Abu Dhabi. Allí reside y trabaja su marido, un investigador de la universidad compostelana.

Asegura que la situación económica se "está estabilizando" tras superar el punto álgido de la crisis y compara la economía de los dos emiratos vecinos: "Dubai siempre apostó por el turismo y el comercio, pero a Abu Dhabi también le interesa la cultura y ahí se incluye la conservación de la naturaleza".