"Si no fuera porque el papel es mejor y tiene algo más de gramaje, sería idéntico a la edición original". Así destacaba ayer Álvaro Ballester, uno de los hijos del escritor gallego, los méritos de la edición en facsímil del libro que su progenitor escribió con motivo de la celebración del Año Santo de 1948. Tanto se parece aquella obra editada por Afrodisio Aguado a esta publicada por el Consorcio de Santiago que hasta el título es el mismo.

Y no se trata de una ironía. Torrente Ballester tituló "Compostela" a aquel volumen en el que recorría, desde la omnipresente Berenguela, uno de sus amores eternos, hasta las crónicas que habían dejado los viajeros que pasaron por las tierras del Apóstol Santiago, su visión "romántica e idealizada", como reconocería después, de la capital gallega. Pero en una posterior edición, en 1984, retituló el libro añadiendo las palabras "y su ángel".

Álvaro Torrente fue el encargado de presentar en la Fundación que preside en Santiago y que lleva el nombre de su padre, una obra que, señaló, no podría "juzgar" ya que le faltaría "objetividad". Por ello, recurrió a las palabras del escritor ferrolano, en el prólogo con el que abriría la edición de 1984.

En él, Torrente Ballester confiesa que "Compostela" fue la obra de la que más se avergonzó, aunque luego sería el libro que más le gustaría de todos los que escribió. "La considero especial en mi historia personal". No en vano, señala, allí fue donde aprendió el sentido del humor. "No repudio nada de lo que digo en él", continuaba el escritor, a pesar de que admite que en ocasiones sus puntos de vista fueron "ingenuos". "Compostela no es cualquier parte. Un amigo me decía que estas piedras tienen la virtud de transformarlo todo, hasta los siete pecados capitales", concluía en el prólogo.

El conselleiro de Cultura, Roberto Varela, que asistió a la presentación, definió la obra como "un instrumento necesario para comprender Santiago en todas sus dimensiones" y la situó a la altura del "El libro de Santiago", de Filgueira Valverde, y de "El Camino de Santiago", de Álvaro Cunqueiro, que combinan, igual que Torrente, historia y leyenda. Por su parte, Xosé Sánchez Bugallo, alcalde de la ciudad homenajeada, concedió que Torrente tenía una visión de Santiago como una ciudad "perfecta". "Aunque todos los que vivimos en ella sabemos que no", bromeó.