"El ambiente era muy bonito, fue un día especial por muchas circunstancias y ha sido de las ovaciones más cerradas de mi vida, una conexión especial con el público que es una recompensa como torero, pero sobre todo como persona". Relajado tras volver al hotel, telefonear y cambiarse, Julio Aparicio se felicitaba así por la respuesta de los aficionados en su reaparición, una vuelta que se produjo ayer en el coso de San Roque y en la que el matador también pudo sentir el afecto de sus compañeros de profesión.

No desveló qué le dijeron en los brindis ("son cosas personales entre toreros", señaló) pero si que las palabras de los otros dos matadores que protagonizaban el cartel han contribuido decisivamente a que sea un día emocionante, "de los más especiales de mi vida".

"El sentir el afecto de mis compañeros, que me han demostrado que además de grandes toreros son grandes personas, me ha emocionado mucho", reconoció Aparicio, que elogió la "clase y sensibilidad" de Alejandro Talavante y Daniel Luque.

Le preocupaba sentir miedo de enfrentarse al toro tras la estremecedora cogida que sufrió en Las Ventas. Lo reconoció asegurando que vivió "horas difíciles antes de ir a la plaza, son momentos de máxima responsabilidad" en los que se ha acordado "de muchas cosas".

Pasado el susto y ya en la plaza "mi mente estaba centrada en el toro, en gustarme delante de él y gustar al público", matizó.

En la arena se sintió "a gusto, contento,", después de haber imaginado este día en muchas ocasiones: "Llevo soñando con volver a torear desde el percance y lo que he hecho ha sido algo sentido".

El afecto de los aficionados gallegos y el de sus compañeros, amén de las numerosas llamadas de amigos que recibió tras la lidia, han sido "una recompensa grande como torero y como ser humano, que es más importante que la economía y la fama", una satisfacción sólo empañada por la reciente prohibición de los toros en Cataluña.

La pregunta sobre la abolición aprobada por el Parlamento Catalán ensombreció el semblante del torero, que al igual que en días pasados hicieron "El Juli" o Enrique Ponce, hizo votos porque el sector del toro afronte unido el problema.

"Los toreros nos tenemos que unir, hablar y dar una solución para que nos respeten y traten la fiesta como merecen, como arte, patrimonio y cultura".

¿Le preocupa a Julio Aparicio que el ejemplo catalán cunda en otras comunidades, caso de la gallega? Si. "Sería preocupante efectivamente", añadió, "que una minoría decida prohibir sin contar con la opinión del pueblo y su historia, aunque creo que no cundirá el ejemplo porque el toreo está muy arraigado en España".