"La aristocracia ha sido, con honrosas excepciones, una clase social deplorable". Eso afirmó ayer en el Club FARO la periodista y escritora Begoña Aranguren, al calor del tema de su charla, "El auténtico amor de Alfonso XIII". Presentada y entrevistada por la periodista de FARO Ujué Foces, en la misma se habló de tal rey, pero no se desaprovechó la propia vida de la entrevistada, reciente premio Azorín de novela y ex mujer de José Luis de Vilallonga.

¿Porqué ataca tanto a la aristocracia y se casa usted con Vilallonga? le preguntó su presentadora. "No me negará que era un marqués muy heterodoxo –respondió–, al que su círculo aristócrático le hace el vacío. Me atrajo porque era un aristócrata intelectual, cosa rara. Y no sólo me hizo reír mucho sino que fue la persona que me enseñó a amar. Fue una pena que nos lleváramos tantos años. Al final pasó lo que pasó, la separación, pero eso no me hace olvidar lo principal".

Aranguren habló de la vida del monarca poniendo su atención en algo fruto de su investigación en ese tiempo: no una amante sino una mujer que, con sus más y sus menos, tuvo durante más de 30 años. "Creo fundamentalmente en los sentimientos y hablo de una historia de amor de dos personas históricas, Alfonso XIII y Victoria Eugenia, pero también de otra, la amante, otro personaje real e inédito", explicó la también periodista. "He recabado mucha información y creo que en esta historia se humaniza a Alfonso XIII. Tuvo una España difícil y un matrimonio muy infeliz ; a su mujer no le dejó visitarlo en su lecho de muerte", dijo.

Un triángulo estable

O sea que la escritora habló del tercer vértice de un triángulo sentimental, una amante del Rey Alfonso XIII, una mujer que "existió realmente" dijo Aranguren, que ha permanecido inédita hasta el momento y de la que la escritora aseguró que nunca revelará la identidad, aunque dispone de datos que acreditan fehacientemente su relación con el monarca. "Fue la persona que realmente amó a Alfonso XIII, la que le acompañó durante toda su vida y se mantuvo incluso en el exilio, cuando estaba ya totalmente desahuciado".

Según Begoña Aranguren, autora de "El amor del Rey" en Planeta (premio Azorín de Novela 2010), el gran amor de Alfonso XIII, Soledad Quiñones, fue una mujer nacida en el seno de una familia aristocrática de Madrid , infeliz en su matrimonio y con la que el monarca mantuvo una relación sentimental hasta su fallecimiento en Roma, donde, ya en el lecho de muerte, le dedica una carta tanto a ella como al hijo que tuvieron y nunca reconocieron por estar casada: "Me conformaría con que sonrías cuando un pensamiento sobre mí llegue a tu mente. No me hagas trampas pues yo te observaré desde arriba. Antes de abandonar este mundo mencionaré tu nombre para que mis labios lo retengan eternamente", reza el texto de la carta recreado en su libro.

Aranguren negó a Ujué Foces, la periodista de FARO que la entrevistaba en público, que tal mujer fuera la madre de su ex marido, Vilallonga, como especuló algún periódico, "Para nada es su madre –dijo– como no es la de don Leandro, la actriz Ruiz Moragas, que tuvo dos hijos con el monarca, es cierto, pero mantuvo después una relación con un conocido torero".

Begoña Aranguren, que reivindicó la palabra "amante" tan maltratada "porque habla de un dador de amor", repitió que "la historia es inédita ya que nadie o casi nadie ha oido hablar de Solin, que así es como se conocía a Soledad Quiñones en los círculos más íntimos" y defendió la necesidad de vivir intensamente, igual que hizo la protagonista de su libro, porque "la vida es muy corta y no se puede pasar por ella con pena sino con gloria y sabiendo equivocarse, porque con el amor no se frivoliza". Y añadió, tajante: "Aquellos que del mundo huyen raramente la vida les perdona".

Entre las preguntas que le hicieron sobre su vida estuvo la de si ella misma era aristócrata o había sido una niña bonita. "Para nada –respondió–; soy la hija número 13 de 14 hermanos, y mi padre era un profesional. Con tantos hijos, imposible hacer fortuna".