La justicia de Río de Janeiro dirá la semana próxima si una niña de siete años puede participar en el Sambódromo como reina de una escuela de samba, que en su desfile hará un homenaje a la cultura mexicana, informó hoy la prensa local. Julia, hija del presidente de la escuela de Viradouro, Marco Lira, y de la oficial de policía Mónica Lira, fue coronada a principios de año como reina de la batería de ese grupo carnavalesco, honor que normalmente le es conferido a sensuales modelos.

La elección de la pequeña no mereció mayores comentarios hasta que el presidente del Consejo de Defensa de los Niños y los Adolescentes de Río de Janeiro, Carlos Nicodemus, pidió a la justicia que impida que la niña desfile con la escuela de su padre. "No estoy contra la participación de los niños en el Carnaval, pero ponerla como reina de la batería fomentará la exposición sexual de los chicos", declaró Nicodemus a la revista Época.

Los padres de Julia y la comunidad de Niteroi, donde se sitúa la escuela de samba, tienen otra opinión y esperan la decisión que la justicia deberá tomar en próximos días, confiados en que contarán con la niña en el desfile. Ambos aseguran que la actuación de su hija potenciará el carácter familiar que también tiene el Carnaval, más allá de los estereotipos sobre la sexualidad. "Soy su madre y quiero que desfile", dijo Mónica Lira, quien apuntó que Julia usará un disfraz adecuado a su edad y no "un biquini sensual", como muchas de las bailarinas de la escuela.

El desfile de Viradouro, además, estará volcado en buena medida al público infantil, pues en el homenaje que hará a la cultura de México tendrán un papel importante personajes de la televisión que aún encantan a los pequeños, como el "Chavo del Ocho" o "El Chapulín Colorado".

Pese a las objeciones del Consejo de Defensa de los Niños y los Adolescentes de Río de Janeiro, Julia no sería la primera niña que ocupe el puesto de reina de batería en un desfile de Carnaval. En 2003, Raíssa de Oliveira, entonces de 12 años, lo hizo con la escuela de samba de Beija-Flor, y un año después fue el turno de Rafaela Nascimento, de la misma edad, que fue reina de la batería de la escuela Tradição.