Así lo asegura el director médico de la Unidad Valenciana del Sueño, Gonzalo Pin Arboledas, en la página web de esta entidad, creada en 1996 con el objetivo de diagnosticar y tratar los problemas relacionados con el sueño en niños y adultos, difundir en la sociedad las causas y consecuencias de las alteraciones del sueño y en los profesionales los avances diagnósticos y terapéuticos.

Según Pin, antes de la pubertad, el preadolescente tiende a dormirse a una hora relativamente temprana, pero cuando empieza la pubertad, el ritmo se retrasa unas horas.

La consecuencia de esta tendencia biológica, por la que los adolescentes tienen dificultad para acostarse pronto y levantarse pronto, es que se crea un "círculo vicioso de privación de sueño y síntomas de Jet-Lag".

Aunque los adolescentes necesitan dormir más que los adultos, una media de cerca de nueve horas, solo el 15 por ciento lo hace de forma regular este número de horas, pero el 26 por ciento duerme seis o menos horas en los días escolares.

En la Comunitata Valenciana, según el experto, el 52,8 por ciento de los adolescentes de 14 a 16 años acude habitualmente a clase después de haber dormido menos de 8 horas la noche anterior.

Gonzalo Pin ha señalado que a los trece años de edad, la diferencia en el tiempo en cama entre los días escolares y los fines de semana es de 45 minutos, pero entre los 10 y 13 años el tiempo en cama los días que hay colegio "se recorta cada año, hasta alcanzar una diferencia de 63 minutos" mientras que en los días no escolares sólo se recorta 14 minutos.

Este descenso de horas de sueño supone en los adolescentes una disminución en la atención y, por tanto, mayor dificultad para aprender el mismo ritmo que los jóvenes que duermen lo suficiente.

"Si un adolescente no descansa lo que precisa se mostrará apático, distraído, somnoliento y sin capacidad de concentración durante todo el día. Al final, el resultado será el retraso escolar", ha señalado Gonzalo Pin.

La falta de sueño también afecta al estado emocional del adolescente, pues la mitad de los jóvenes que duermen menos horas de lo recomendado desarrolla síntomas de depresión, estrés e irritabilidad.

El director médico de la Unidad Valenciana del Sueño ha explicado que en Alemania y en trece estados de Estados Unidos las escuelas se han visto obligadas a retrasar la hora del comienzo de las clases para que sus alumnos rindan más.

El experto recomienda a los adolescentes que practiquen ejercicio físico, especialmente por la mañana, que no realicen actividades estimulantes una hora antes de dormir, que tengan una regularidad en los horarios de comidas y que no se duerman con la televisión puesta, ya que disminuye la profundidad del sueño, entre otros consejos.