José Manuel Trigo, de Vigo, y Clara Rosón, de Santiago, son, con sus diez hijos, una de las familias gallegas más grandes. La mayor, Clara, de 24 años, es la única que ya se ha emancipado y ahora reside en Madrid. El resto, Patricia, Jose, María, Alejandro, Susana, Elena, Catalina, Inés y Pablo, el pequeño, de cuatro años, viven con sus padres en una casa a las afueras de Santiago.

Desde que se casaron, José y Clara tenían claro que querían formar una familia numerosa. Ambos provienen de familias amplias y conservan un buen recuerdo que querían repetir, aunque nunca se plantearon a priori un número determinado de hijos. "La gente se sorprende de que tengamos tantos hijos, pero, realmente, no es algo tan extraño: lo único que supone es dejar de hacer cosas como ir al cine, cenar con amigos... te tienes que olvidar de todo eso, pero tiene muchas ventajas que te compensan", asegura el padre.

José posee un alto cargo en Telefónica y Clara era profesora, aunque abandonó su profesión cuando nacieron los primeros hijos. "Muchos creen que por tener una familia numerosa somos millonarios o algo así y no es cierto: tengo un buen puesto, algo necesario para sacar adelante a tanta familia, pero todos los meses nos cuesta llegar a fin de mes", apunta José.

La organización es imprescindible para el buen funcionamiento de esta peculiar "empresa". "Clara es una gran estratega", alaba el padre. Aprovechar al máximo los recursos: ropa, libros escolares, habitaciones... y huir de la sociedad de consumo son algunas de las claves para conseguirlo.