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Más de 18.000 gallegos tienen autismo, un trastorno que está infradiagnosticado

Solo una de cada tres personas con esta afección está calificada en la comunidad, a pesar de que la valoración precoz es vital para garantizarles una buena calidad de vida

Antonio de la Iglesia. // FdV

Se calcula que en Galicia hay unas 18.000 personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), aunque solo uno de cada tres tiene un diagnóstico firme, según el presidente de la Federación Autismo Galicia, Antonio de la Iglesia. "Hace unos dos años intentamos hacer un censo. En el muestreo que hicimos vimos que en las grandes ciudades había muchos más casos. Esto ni es porque haya más prevalencia en un sitio que en otro, sino porque muchos casos no están diagnosticados, especialmente en el rural", explica De la Iglesia, que añade que la prevalencia del TEA se ha triplicado en menos de veinte años.

"Hasta hace veinte años se hablaba de 1 caso entre 700 nacidos. Hoy, de 1 por cada 150, aunque hay estudios en Estados Unidos que ya hablan de 1 entre 88 y algunos países ya lo consideran como pandemia", afirma. Este aumento se debe, según De la Iglesia, a un mejor diagnóstico, pero también a la inclusión dentro del espectro autista de afecciones neurológicas que antes no lo estaban.

Si se aplica la tasa de prevalencia de 1 caso por cada 150 nacimiento, en España habría 350.000 personas con TEA. Esta cifra la aportó ayer el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, con motivo del Día Mundial de Concienciación sobre el Trastorno de Autismo que se celebra el jueves, día 2 de abril.

La dispersión geográfica de Galicia es uno de los factores que explican, según De la Iglesia, que muchas personas con TEA estén sin diagnosticar, un factor que también influye en la atención que reciben, ya que quienes viven lejos de las ciudades no tienen el mismo acceso a servicios como la terapia conductual. Pero esta no es la única causa. El presidente de la federación gallega asegura que aún hoy existen reparos en llevar al niño al especialista aunque los padres intuyan que tiene problemas de desarrollo y que incluso hay quienes se niegan a aceptar el diagnóstico. "Hay muchos chavales con TEA que no son tratados porque sus padres simplemente no los llevan al psicólogo para que sean diagnosticados. Están en casa y punto", comenta.

Sin embargo, advierte que cuanto más temprano sea el diagnóstico, mejor calidad de vida tendrá la persona con TEA, ya que se podrá trabajar con ella para que mejore sus habilidades sociales. "El diagnóstico precoz es vital. Ahora mismo, la única intervención que existe es la conductual porque la farmacológica es solo para mitigar determinados síntomas, como la epilepsia, muy asociada al trastorno del espectro autista. Y no es lo mismo empezar a trabajar la conducta de un niño de dos o tres años que de otro de seis, y ya con nueve o diez es muy complicado trabajar con ellos", sostiene.

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las personas con TEA es la discriminación social, especialmente en el acceso al trabajo, aspecto que centra la campaña de este año de la Confederación Autismo España, titulada "Autismo. Stop discriminación" ,y al que también hizo referencia ayer el ministro de Sanidad.

En este sentido, de De la Iglesia explica que el acceso al mercado laboral es una de las necesidades de las personas con TEA y que la federación desarrolla desde hace seis años un programa de inserción laboral a través del cual 52 personas con TEA trabajan en empresas de la comunidad. "Uno de los problemas de estos trastornos es que se suelen asociar a los más graves, pero una persona con aspergen de alto funcionamiento, por ejemplo, está capacitada para hacer una carrera y para trabajar, y esto le da una automía personal que le empuja además a mejorar", comenta.

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