Heredó la pasión de la botánica por influencia materna. Su madre, su abuela y su bisabuela invirtieron destreza, horas y economía en las plantas que hoy adornan su finca en San Miguel Tabagón, en O Rosal. Algunas semillas llegaron desde Puerto Rico, a donde emigró parte de su familia, de Portugal o EE UU. Y son también tres grandes ramas las que dividen la "joya" del jardín: el magnolio. Los recuerdos familiares de María del Carmen, conocida como "Chachita" y nacida en 1941 están unidos a la memoria de su marido, Jorge Barreras, médico ya fallecido -y nieto del fundador de Barreras-. Juntos tuvieron cuatro hijos y tres nietos.

-Tiene árboles centenarios.

-Tengo varios: un 'ave del paraíso'; una planta enorme de flores naranjas que tiene mucho más de cien años. Varias camelias centenarias, naranjos, un ciprés que se me murió tenía también más de un siglo de vida... Y un acebo.

-Este magnolio es un patrimonio natural para la humanidad, pero aún no está catalogado...

-No está catalogado, pero sé que tiene protección y siempre lo he respetado; cada rama. Ya Bourguignon (Pedro) me lo advirtió hace más de veinte años, cuando estuvo en la finca.

-¿Qué otras especies llegaron desde el otro lado del Atlántico?

- En el balcón de mi piso en Vigo tengo orquídeas que se trajo mi madre a los 17 años de Puerto Rico -entonces escondidas en los calcetines dentro de la maleta- y aún se conservan.

-Ya tuvieron un invernadero en una finca de A Seara, en Vigo.

-Mi madre era una apasionada de las plantas. Vivíamos en Tomás Alonso, al lado de las Escuelas y la gente venía a ver las plantas. Había pasillos con robles, adornando las jardineras y siete hombres trabajaron muchos meses. Mi abuelo dijo que se había dejado allí 'millones'. Aquella finca se vendió, porque quedó encajonada, pero algunas de las plantas las recuperé y las he traído aquí.