Los bosnios Inka Praiz y Jovan Bulat contrajeron matrimonio a los 80 años en la aldea de Rakelici, en el noroeste de Bosnia, tras haber entrado en contacto al haber leído el novio la esquela mortuoria del primer marido de la novia. Según informaron hoy los medios bosnios, ambos contrayentes aseguraron sentirse muy felices y estar enamorados.

El novio contó que los tres primeros años tras la muerte de su primera esposa los pasó "en la soledad de un ermitaño". Al no soportar esta situación, explicó Bulat, decidió casarse y empezó a buscar viudas a través de las esquelas mortuorias de la ciudad de Modrica y de la cercana Banja Luka. Así, el feliz contrayente "sabía con exactitud cuándo se morían los maridos" de sus coetáneas, declaró.

Esperaba un período y, como paso siguiente, se informaba entre amigos de cómo eran esas mujeres. "No hubo muchos intentos. Una rechazó mi propuesta y mi nueva esposa la aceptó. Soy ahora el hombre más feliz del mundo. Viviremos en mi modesta casa en Modrica", indicó La novia aseguró que enviudó hace un año. Poco después, una amiga y pariente de Jovan le informó de que él preguntaba por ella.

"Sinceramente, pensé que era demasiado vieja para un nuevo matrimonio, pero cuando Jovan se me acercó y hace tres meses pidió mi mano, brotó el amor entre los dos", dijo Inka a la prensa.