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Viajes: la crisis que vendrá tras la crisis

El miedo lleva a muchos clientes a cancelar salidas previstas para las próximas temporadas

Una agencia de viajes cerrada, en Pontevedra. // Rafa Vázquez

La crisis que ahora sufren las agencias de viaje minoristas es solo el anticipo de la que vendrá después. Desde que el Covid-19 irrumpiese en la vida de todos, los gestores de viajes están ocupados no solo en la cancelación de los traslados que tenían contratados ahora, o en el regreso a casa de los clientes que tenían viajando por el mundo. En estas semanas de confinamiento los gestores de viajes están ocupados también en la cancelación de numerosos contratos previstos para las próximas temporadas: verano, otoño e invierno próximos. El miedo, o la prudencia, lleva a sus clientes a anular excursiones a otros países, ante la preocupación de lo que pueda estar expandido el coronavirus, o la gestión que hagan otras naciones de esta pandemia.

Los profesionales del sector explican que los clientes se han acostumbrado a comprar sus viajes con antelación y no, como hasta hace pocos años, prácticamente encima de la fecha de salida. Así pueden beneficiarse de descuentos por venta anticipada y, lo más importante, garantizar plazas en el destino elegido, sobre todo en fechas de mucha afluencia de turistas.

Esa máxima antelación conlleva un riesgo, que es el de que desde la reserva hasta la salida pueden surgir contratiempos que impidan viajar: accidentes, enfermedades, fallecimientos y muchos otros motivos.

Por eso en los últimos tiempos las agencias se afanan en convencer a los clientes de que contraten seguros de cancelación, para que les cubran esas cuestiones, que no se pueden prever pero que pueden pasar a cualquiera. El gran problema que surge ahora es que ningún seguro, por completo que sea, cubre la cancelación por causas extremas como epidemias o pandemias. En ese caso, los clientes quedan completamente expuestos.

Por otro lado, lamentan que desde muchas plataformas se anime al cliente, erróneamente, a reclamar a la agencia minorista el dinero del viaje que no ha podido disfrutar, ya que ese dinero ya no lo tiene la agencia de viajes. Con él han sido abonados los distintos servicios de los que se componen esas vacaciones que el cliente ha contratado: vuelos, traslados, hoteles, cruceros, seguros, etc.

Los profesionales del sector subrayan que ninguna agencia de viajes quiere quedarse con un dinero que no es suyo y muchos menos con el importe de un viaje que su cliente no ha podido disfrutar.

Como en otros sectores, estos gestores se encuentran estos días trabajando desde casa para tratar las numerosas incidencias que surgen y que solo les reportan cancelaciones y reclamaciones, como explican. Y añaden que la situación creada supone una quiebra económica muy importante para las pequeñas agencias. La mayor parte de las ventas que se han hecho en los primeros meses del año están siendo canceladas.

Bonos

Otra "lucha" en la que se encuentran sumidas las agencias de viajes en este momento es en la de evitar que los prestatarios de transportes, especialmente aerolíneas y navieras, intenten devolver a los clientes el importe de sus reservas por medio de bonos, con caducidad concreta y para operativas concretas. Las agencias minoristas entienden que esa cuestión es perjudicial para los clientes, ya que les obliga a contratar viajes o estancias que, quizás, por sus circunstancias personales, no van poder disfrutar en las fechas propuestas.

"Estamos peleando, cada día, con proveedores y empresas de transportes para tratar de que las devoluciones de los importes entregados por nuestros clientes les sean reembolsados en su totalidad. Y, todo ello, luchando porque esta mala historia que nos ha tocado vivir no se lleve por delante a nuestras empresas, nuestro modo de vida y el de nuestras familias y empleados", como explica el titular de una agencia de viajes minorista.

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