La confesión de dos vecinos de la comarca de Arousa, uno de origen colombiano y otro de origen argentino, implicó a un taxista de Vilagarcía en el transporte de regreso a esta localidad de una partida de droga que los anteriores acababan de adquirir en Marín. Los dos primeros acusados, Manuel Fernando A. L. “Coco” y Francisco Carlos M. M., se mostraron conformes la pena propuesta por la Fiscalía al término del juicio de tres años y un día de prisión como autores de un delito contra la salud pública. El Ministerio Público rebajó en un año la pena que solicitaba inicialmente ante la confesión de los acusados.

En cuanto a la tercera persona que se sienta en el banquillo, el taxista Nelson V. C., negó la acusación que presenta la Fiscalía. Asegura que desconocía que los otros dos acusados fueran a comprar droga a Marín y que se limitó a llevarlos desde András (Vilanova) y traerlos como en cualquier otro servicio. Ocurrió el 2 de noviembre del pasado año. Los tres fueron interceptados en el taxi propiedad del tercero de los acusados en un control aleatorio de la Guardia Civil de Vilagarcía en el peaje de la AP-9 en Curro, en donde se encontraron estos 162 gramos de cocaína ocultos en una especie de cajón en los asientos traseros del vehículo. Una droga que los peritos valoraron en 5.142 euros.

Mientras que el taxista aseguró que desconocía que los otros dos acusados hubieran viajado a Marín con el propósito de comprar esta partida de cocaína, sus dos compañeros de banquillo aseguraron al tribunal que el conductor no solo estaba al tanto del objetivo de su viaje a Marín, sino que ya había llevado a alguno de ellos a comprar sustancias estupefacientes en anteriores ocasiones. Manuel Fernando A. L. declaró que el conductor del taxi “sabía que era para ir a comprar droga”. También contó que, una vez que adquirió la droga en Marín, el taxista observó perfectamente como introdujo el paquete en el coche y se lo permitió guardar en una especie compartimento situado en los asientos de atrás. En cuanto a su responsabilidad en los hechos, Manuel Fernando (que se encuentra en prisión actualmente) cuando la fiscal le preguntó si se dedicaba a la venta de droga como medio de vida, respondió “pues para qué le voy a engañar, pues sí”.

Su compañero en el banquillo, Francisco Carlos M.M., se limitó a decir que la droga no era para él, sino de su amigo y que él solo consumía a veces. En cualquier caso, reconoció al tribunal que acompañó a Manuel Fernando en aquel viaje consciente de que su amigo iba a adquirir una partida de droga en Marín. Aseguró que el taxista también era consciente del objetivo de aquel viaje.

Este último, Nelson V. C., lo negó. “Si lo hubiera sabido no los hubiera llevado”, respondió el taxista a las preguntas de la fiscal. Sobre la aparición de la droga en un compartimento en su vehículo, dijo desconocer cómo llegó el paquete hasta allí. Relató en el juicio que en un momento dado, cuando observaron la presencia policía y el control de la Guardia Civil, les indicó que “está Tráfico delante” y que entonces observó como uno de sus clientes que llevaba en el taxi le pasó una bolsa o paquete al compañero de atrás, diciéndole “tira eso”. “Yo pensé que la había tirado”, añadió, sin explicar porqué no comunicó este hecho a los agentes de la Guardia Civil que realizaban el control. En el registro posterior que se le efectuó en dependencias policiales se le incautó en su cartera una papelina de cocaína. Su defensa presentó a un testigo, un taxista compañero de profesión en Vilagarcía, quien señaló que antes de que los dos sospechosos llamasen al taxista acusado para hacer este servicio se pusieron en contacto con él pero que no pudo hacerlo, dado que estaba con otro viaje en ese momento, con el objeto de reforzar la tesis de que fue una llamada aleatoria a este taxista como pudo ser a cualquier otro. La Fiscal le preguntó al testigo la razón por la que él o la defensa del acusado no puso esta circunstancia en conocimiento del juzgado de instrucción o de la Guardia Civil con anterioridad a la fecha de celebración del juicio, pero se limitó a insistir en que él se lo comunicó al taxista acusado días después de su detención.

La Fiscalía mantuvo su petición de condena para este taxista en los cuatro años de prisión que solicitaba inicialmente para todos los acusados, al no aplicarle la atenuante de confesión como ocurrió en el caso de los otros dos implicados. Asimismo, estos dos implicados deberán asumir una multa de diez mil euros.