Tras el pregón de apertura de las fiestas tuvo lugar, como es tradicional, la ofrenda a la Virgen Peregrina. Desde la Praza da Pedreira, el público se dirigió hasta la Praza de España, desde la que salió la carroza con los niños hacia el santuario.

La calle Michelena, por la que discurrió la procesión de pontevedreses, se llenó de público que quiso admirar tan bello espectáculo.

Encabezaron el desfile hacia la iglesia, con un ambiente festivo y divertido, los integrantes de la Charanga OT, a los que siguieron los, tan temidos y a la vez admirados por los niños, gigantes y cabezudos, que desde hace una semana se expusieron en los bajos de la casa consistorial.

Pero si hay algo que caracteriza a la comitiva que se dirige hacia el santuario de A Peregrina es la participación de los grupos folclóricos. Numerosos colectivos de la comarca y otros puntos de la provincia se animaron a tomar parte en el primer día de las fiestas grandes de Pontevedra por lo que la virgen Peregrina representa.

Especialmente llamativos fueron los niños, con sus atuendos tradicionales, de gala o de diario, expresamente confeccionados para la ocasión.

En sus manos, los ramos de flores destinados a la Virgen. La mayoría eran de color azul y blanco y fueron entregados gratuitamente en los soportales del Pazo de Mugartegui.

En la cola de tan variado desfile, la banda de música, animando los últimos pasos.

A medida que los grupos folclóricos se fueron concentrando, ofrecieron un baile tradicional gallego, para deleite del público, especialmente los numerosos turistas presentes en la ciudad durante estos días de fiesta.

Misa y suelta de palomas

Tras la entrega de las flores tuvo lugar una misa, transmitida a través de los altavoces para que se pudiese escuchar en toda la Praza da Peregrina.

El buen tiempo bendijo los actos de apertura de las fiestas locales, que quedaron oficialmente inauguradas con la tradicional suelta de palomas al pie de la iglesia y con una salva de bombas.