Un vecino de Pontevedra, Luis Alberto R. F., se enfrenta a una petición de condena de dos años y seis meses de prisión como autor de un delito de tráfico de drogas. La Fiscalía le acusa de dedicarse a la venta a pequeña escala de cocaína y de hecho considera probado tras el juicio celebrado ayer en la Audiencia Provincial que la Policía Local constató hasta dos transacciones que supuestamente realizó el acusado de dos pequeñas dosis de cocaína, de menos de un gramo cada una.

El acusado no solo negó los hechos en el juicio sino que su abogado, además, solicitó la nulidad de todas las pruebas al asegurar que existió una "cascada de irregularidades" tanto en la elaboración de la prueba "técnica" documental y los análisis de la droga, como en la elaboración de los atestados. Y es que, para empezar, se señala que la droga fue incautada al acusado, cuando a Luis Alberto los agentes de la Policía Local que lo investigaron nunca llegaron a incautarle ninguna sustancia, sino supuestamente a sus compradores.

Las dos supuestas operaciones de venta las ratificaron esta mañana los agentes de la Policía Local en el juicio y se habrían producido en diciembre de 2016 y enero de 2018. Una en la calle San Antoniño y otra tras ser recogido el acusado por un vehículo en la zona de Valdecorvos, donde reside. Los agentes señalaron como los dos supuestos clientes le entregaban lo que parecía dinero y como luego estas dos personas fueron interceptadas con la dosis de droga. Ninguno de ellos llegó a manifestar que se la hubiera entregado el acusado, aunque los ocupantes del coche sí reconocieron que se la acababan de comprar "a un amigo por 50 euros" justo instantes después de que el acusado se hubiera bajado del coche.

El acusado reconoció que se encontró esos días con los supuestos compradores, pero negó que les hubiera vendido droga. En el caso de San Antoniño indicó que es probable que el supuesto comprador le hubiera entregado dinero, pero no a cambio de estupefacientes, sino una pequeña cantidad que le debía, como ratificó esta persona después en el juicio al declarar como testigo. El acusado reconoce que es consumidor y que por eso podía frecuentar ambientes de consumo y trapicheo pero asegura que "nunca hice dinero con la venta de droga, solo lo perdí consumiendo y pillando". Los policías locales, sin embargo, incidieron en las medidas de seguridad que adoptaba el acusado para evitar ser sorprendido por las fuerzas del orden, como circular de forma anormal en las rotondas para comprobar si lo estaban siguiendo. De hecho, aseguran que llegaron al supuesto suministrador de la droga en O Salnés, momento en el que dieron traslado de las diligencias al Grupo de Tráfico Medio de la Policía Nacional para que continuase con la investigación.

En su alegato final, el acusado atribuyó su detención a un afán persecutorio de la Policía Local dado que la que fue su pareja y "madre de mis hijos" ante tuvo una relación con un agente municipal, según su declaración.